Una parrilla contaminada en Colombia provocó la muerte del gran Julio Miranda

Hoy, a 32 años de su triste partida, recordamos a aquel carupanero que antes de ser cantante, fue además pescador, limpiabotas, motorizado, chofer, técnico en refrigeración y mecánico, y aún sigue vivo en la mente y en el corazón de todo el pueblo venezolano.

Una parrilla contaminada en Colombia provocó la muerte del gran Julio Miranda

Dimas J. Medina

Neuquén

Próximo a cumplir sus 40 años, un día como hoy miércoles 11 de junio de 1993, dejó de existir en el hospital central de Maracay, el cantautor carupanero Julián Antonio Indriago Díaz.

Conocido en el mundo de la música venezolana como Julio Miranda, tras ser bautizado por su padrino artístico José Romero Bello, quien basándose en el nombre de su padre y una población de Paracoto: “Miranda” en el estado Miranda, se hizo músico y cantante desde muy niño influenciado por Jesús Moreno, “El Carrao de Palmarito” Juan de los Santos Contreras, Francisco Montoya y el sonido del arpa.

Conocido también como “El Oriental de nacimiento y llanero de Corazón”, Julio Miranda nacido el 7 de julio de 1953, llevó su música a México, Estados Unidos, Puerto Rico y a Colombia, donde una parrilla de carne de cochino contaminada que consumió en ese país, le transmitió una bacteria que le produjo una larga enfermedad en el estómago y, por consiguiente su lamentable deceso.

El conocido locutor barinés y difusor de nuestro folklore nacional, Héctor “Negro Piña”, recordó este miércoles que antes de morir, su amigo Julio Miranda había perdido más de 20 de kilos y su funeral fue toda una masiva manifestación de duelo en la Funeraria “Cristo Rey” de la capital aragüeña, donde se congregaron miles de seguidores y artistas de toda Venezuela, quienes le llevaron música criolla y romántica como serenata póstuma a quien en vida dedicó sus esfuerzos a difundir nuestra música dentro y fuera del país.

También recordó Piña que al sepelio de Julio Miranda acudieron los grandes referentes de nuestro canto nacional, como Reyna Lucero, Teo Galíndez y Reyando Armas y, durante su largo cortejo, que arrancó desde la calle Páez de Maracay, hasta el cementerio Metropolitano de la Ciudad Jardín, la concurrida muchedumbre dejó escuchar “Lamento Guaquerí”.

De manera pues, que 32 años de su triste partida, aquel carupanero que antes de ser cantante, fue además pescador, limpiabotas, motorizado, chofer, técnico en refrigeración y mecánico, sigue vivo en la mente y en el corazón de todo el pueblo venezolano.

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