¡Ciao papa Francisco, todo fue lindo, ché!

 Ese fue el mensaje de amor y de despedida al unísono que desde cualquier rincón rindió el mundo al papa Francisco…

Un mensaje de agradecimiento al papa que vino a salvar a la Iglesia, el que inició profundas transformaciones a lo interno y externo, el que hizo que la gente volviera y confiara de nuevo en el catolicismo y en sus sacerdotes, pero sobe todo, el que con su sencillez y humildad logró que tanto jóvenes y adultos se reencontraran con Dios, Jesús y la Vírgen María…

El primer papa latinoamericano, el primer jesuíta y el primero no italiano que en 100 años gobernó la Iglesia católica, hizo su último recorrido por las calles de Roma,  ciudad que amó de una manera apasionada y siempre con el mensaje de fe y esperanza.

Es el único papa que ha vivido a imagen y semejanza de Jesucristo y su gobierno se basó en simplemente cumplir el primer mandamiento: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo..

Esto fue suficiente para, en 12 años, haber cambiado totalmente la visión de la Iglesia y restituir su imagen y prestigio...

Es un adiós con mucha tristeza, con mucho llanto e impotencia para el hombre que vino en el momento más crítico y difícil para la Iglesia y la fe católica, tarea difícil que asumió y de la que hoy se despide con el éxito y la satisfacción de de haber cumplido…

Se fue dejando un gran legado de amor, esperanza, paz y fe…

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