Héctor Lavoe convirtió en salsa, canciones de tango, vallenato y hasta de nuestro Reinaldo Armas
Así como grabó en 1979 un álbum en homenaje al fallecido bolerista zuliano Felipe Pirela, Héctor Juan Pérez Martínez, su nombre de pila, consolidó su fama, a principios de la década de los 70, cuando Johnny Pacheco le compuso “Mi Gente”, el célebre tema que era solicitado en los conciertos de La Fania, como aquellos celebrados en el Madison Square Garden, Yankees Stadium de Nueva York, Coliseo Roberto Clemente en San Juan de Puerto Rico, Poliedro de Caracas y estadio “Luis Aparicio El Grande” de Maracaibo, entre otros escenarios. 32 años se cumplen de su muerte.
Dimas J. Medina
Neuquén
Influenciado por los grandes de la música popular caribeña como Daniel Santos, Cheo Feliciano, Ismael Rivera e Ismael Quintana, Héctor Juan Pérez Martínez se hizo cantante.
Aunque su padre, Luis “Lucho” Pérez quería ver a Héctor convertido en un gran saxofonista, “El Cantante de los cantantes” como después fue bautizado “La Voz”, terminó en lo que siempre sintió: Cantando y convertido después en uno de los mejores exponentes de la salsa.
Y desde que se mudó a Nueva York procedente de su Puerto Rico querido en 1963, aquel muchacho nacido el Machuelo Abajo, Ponce el 30 de septiembre de 1946, la vida de Héctor Lavoe como mundialmente fue conocido, también cambió.
Y no solo cambió en el aspecto profesional, sino también en la parte emocional, que en el trascurrir del tiempo, buscó consolar sumergiéndose en el mundo de las drogas.
El primero de esos muchos golpes emocionales ocurrió cuando perdió a “Panchita”, su querida madre Francisca Martínez, a la edad de tres años.
A pesar de la negativa de su padre, Héctor partió a Nueva York a donde arribó el 3 de mayo de 1963 a la edad de 16 años, para vivir con su hermana mayor Priscilla. Y la razón por la cual “Lucho” no quería que su hijo se fuera a vivir a Estados Unidos, es que su hermano mayor, que había migrado a esa ciudad estadounidense, había muerto en un accidente.
Y aferrado en transformar su sueño de cantar en Nueva York con el fin de hacer fama y fortuna, Héctor Lavoe conoce a un músico oriundo de aquella ciudad, pero de padres portorriqueños, el joven Willie Colón, con quien después formaría una de las mejores duplas de la salsa, a partir de finales de la década de los 60.
Pero antes de aquel encuentro, Lavoe, quien al principio se decepcionó de aquella Nueva York, al ver descuidada y llenos de basura los edificios y las calles de los barrios latinos, seguía soñando con la fama.
Y lo primero que hizo Héctor al llegar a Nueva York fue buscar trabajo. Consiguió empleos como pintor, limpiavidrios, maletero, mensajero, mesero y conserje, por mencionar algunos, hasta que un día se reencontró con su amigo de la infancia, Roberto García, quien lo empezó a llevar a los salones de baile y clubes de música latina del Barrio Latino, el Bronx y el Bajo Manhattan.
Mancuerna con Willie Colón
El hoy fallecido compositor, músico y cantante dominicano Johnny Pacheco, productor musical del sello Fania Record, fue quien propuso a Héctor Lavoe como nuevo vocalista de la orquesta de Colón, ya que estaba al tanto de su voz, su enunciación impecable y sus habilidades estilísticas.
Desde 1967 hasta 1986, Lavoe produjo y grabó con la orquesta de Willie Colón, con el respaldo de un sello disquero que para entonces se abría paso en el mundo de la música latina, el conocido imperio “Estrellas de Fania”, con la que logró el reconocimiento con canciones como “Aguanile”, “Che, che, colé”, “La Murga”, “El día de mi suerte”, “Todo tiene su final”, “Aires de Navidad”, “Juana Peña”, “Juanito Alimaña”, “Triste y vacía”, “Vamos a reír un poco”, “Calle luna, calle sol”, “Barrunto”, “Timbalero”, “Abuelita” y “¿De qué tamaño es tu amor?”, ésta última de la autoría del cantante venezolano Reinaldo Armas, grabada en 1985.
Y así como el propio Reinaldo Armas reconoció al portorriqueño de haber internacionalizado su canción, Lavoe hizo lo mismo con varios emblemáticos temas de otros géneros musicales, como el tango de Carlos Gardel “Consejo de Oro” y el vallenato “La Verdad”, del fallecido compositor colombiano Freddy Molina Daza, que originalmente fue grabado en 1973 por Alfredo Gutiérrez.
Así como grabó en 1979 un álbum en homenaje al fallecido bolerista zuliano Felipe Pirela con el nombre de “Recordando a Felipe Pirela”, Héctor Lavoe también participó en otro homenaje que produjo la Fania en 1976 al también fallecido cantante portorriqueño Tito Rodríguez.
El álbum titulado “Tributo a Tito Rodríguez”, “El Cantante de los cantantes” grabó los temas “Cuando, cuando, cuando” y “Vuela la paloma”, este último junto con Santos Colón, Ismael Quintana, Ismael Miranda, Justo Betancourt, Bobby Cruz, Pete “El Conde” Rodríguez y Cheo Feliciano.
En 1975, cuando decide grabar con su propia orquesta, pero ahora bajo la producción de su mancuerna, Willie Colon, Lavoe produce su primera producción “La Voz” y un año después, publica el álbum “De ti depende”, también con la colaboración del trombonista neoyorkino, donde además del exitoso “Periódico de ayer”, del fallecido compositor y periodista portorriqueño Catalino “Tite” Curet Alonso. En ese mismo album, figura también “Vamos a reír un poco”, del también fallecido compositor y cantante venezolano Perucho Torcat, en donde Lavoe muestra su destreza como sonero de primera categoría.
El Cantante y sus últimos días
Willie Colón recordó en una entrevista que cuando le ofrecieron grabar para el sello Fania, no lo creía. “Cuando conocí a Johnny Pacheco, lo primero que me dijo fue “Hay que buscarte un cantante”.
Y aquel cantante consolidó su fama, a principios de la década de los 70, cuando el propio Pacheco le compuso “Mi Gente”, tema obligado y bastante solicitado en los conciertos de La Fania, como aquellos celebrados en el Madison Square Garden, Yankees Stadium de Nueva York, Coliseo Roberto Clemente en San Juan de Puerto Rico, Poliedro de Caracas y estadio “Luis Aparicio El Grande” de Maracaibo, entre otros escenarios.
Antes de que le llegara la fama y el dinero, Lavoe inició en 1968 una relación sentimental con Carmen Castro, quien quedó embarazada, pero se negó a casarse con él porque lo consideraba un mujeriego.
El primer hijo de Lavoe, José Alberto Pérez, nació el 30 de octubre de 1968. En el bautizo de su primer hijo, Héctor recibió una llamada telefónica informándole de que Nilda “Puchi” Román, con quien también tenía una relación, estaba embarazada.
El segundo hijo de Lavoe, Héctor Jr. nació el 25 de septiembre de 1969 y murió el 7 de mayo de 1987 en un accidente causado por un disparo accidental que le dio un amigo, mientras limpiaba su revólver.
Esta tragedia originó que Lavoe recayera fuertemente en el uso excesivo de las drogas. Antes de aquel triste acontecimiento, su apartamento en Queens se incendió a causa de una colilla de cigarro que dejó encendida y, para huir del fuego, tuvo que saltar por la ventana de su habitación. La caída le causó múltiples fracturas así como serios problemas de salud.
En estas circunstancias, Lavoe recibió la noticia del asesinato de su suegra, Gina de Román, persona que Héctor trataba como una madre. Tras aquella tragedia, Héctor no volvió a interpretar la canción “Soñando despierto”, donde Lavoe se burlaba sanamente de ella. Estos acontecimientos hicieron que una crisis nerviosa se apoderase de Héctor.
Y frente a todos estos problemas, unidos al consumo de drogas y su desordenaba vida, que llevaron a Lavoe a llegar tarde a los conciertos y algunas veces, no acudir a sus presentaciones, Willie Colón contactó a Rubén Blades, quien se encontraba trabajando en una composición para sí mismo, pero ante el pedido de Colón, el panameño cedió aquella canción, que estaba más hecha para lo que hasta ese entonces era la vida y trayectoria de Lavoe.
Con el tema “El Cantante” que grabó Lavoe con el respaldo de Willie Colon como productor para su álbum “Comedia” en 1978, la vida de Lavoe cambió por un momento y “El cantante” se convirtió en el tema emblema de Lavoe y fue una de las canciones que cantó hasta sus últimas presentaciones.
Y así como surgió “El Cantante”, otro tema que reflejó la vida de Héctor Lavoe fue el también clásico “El Rey de la Puntualidad”, de la pluma de Johnny Pacheco, donde retrata al cantante acostumbrado a llegar tarde a las presentaciones.
Sin embargo, el consumo de droga causó el Sida que llevó a “El Cantante” a su triste despedida física, el 29 de junio de 1993, a la edad de 46 años, en el Saint Clare's Hospital de Manhattan, luego de utilizar jeringas infectadas mientras se inyectada heroína.
Y con el recuerdo de los 32 años de su muerte, también recordamos aquella banda de Willie Colón que ofreció un crudo y agresivo sonido de trombones, complementada por el estilo único, por la voz articulada, por el talento para la improvisación y por el sentido de humor del gran Héctor Lavoe.
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