Convierten a un gato en "mula": atrapado introduciendo droga a un penal

Hebert Colina M.

Acostumbrado a merodear al interior de la Penitenciaría de Pococí,en Costa Rica, en busca de comida, Michi nunca levantó sospechas de los custodios...

Pero ese día, a principios del mes de mayo, Michi presentaba una apariencia distinta, una especie de abultamiento que atrajo la atención de los oficiales de vigilancia cuando lo divisaron en una zona verde del penal..

Pero de cazador, pasó a ser cazado y al atraparlo e inspeccionar su cuerpo, encontraron que el minino llevaba adherido a su pelaje un paquete con 235,65 gramos de marihuana y 67,76 gramos de pasta de crack.

Menudo asombro para los custodios; Michi era utilizado por los presidiarios de una cárcel del país para introducir drogas y otras sustancias en la prisión. 

Ingenio de los carteles

Michi practicamente se crió en los alrededores del penal..

Siempre se le veía merodeando y jugueteando y los custodios le daban las sobras de sus comidas que el animal degustaba. Era puntual a la hora de la comida, por lo que jamás levantó sospechas..

Pero el narcotráfico día a día utiliza distintos métodos y formas para delinquir y, en este caso, adiestraron a Michi y no les importó para nada que era un gato y lo convirtieron en "mula" para introducir droga a ese penal de Pococí.

No se conoce a ciencia cierta si es la primera vez o ya el animal, al que llaman Narco-Michi, había hecho algunas entregas con éxito.    

Los organismos de investigación están revisando las grabaciones de las cámaras de seguridad para identificar a las personas responsables de entrenar y utilizar al animal, así como a los destinatarios de la droga dentro del penal.

Tras su 'detención', el gato fue entregado al Servicio Nacional de Salud Animal para su evaluación y cuidado.

Sin duda que destaca la creatividad y audacia de las redes de narcotráfico al utilizar métodos poco convencionales para introducir contrabando en las cárceles.

No es la primera vez que se emplean animales con este propósito, y las autoridades encargadas de la seguridad están investigando nuevas medidas para impedir esta clase de delitos.

Ya en 2019, en la cárcel Nelson Mandela de San Carlos, Costa Rica, se descubrió a un gato con un collar inflado que contenía drogas destinadas a los reos. Los reclusos entrenaban a los animales para trasladar objetos y sustancias, permitiéndoles seguir coordinando crímenes desde el interior del penal.

Igual ocurrió en 2018, con un gato que llevaba marihuana y teléfonos al Centro Penitenciario La Reforma.

En 2021 también se capturaron a dos felinos que eran usados para introducir contrabando a las cárceles Jorge Arturo Montero y Nelson Mandela.

Lo cierto es que Michi fue atrapado, deberá permanecer entre rejas, quiera o no quiera y ya debe tener bien claro que el crimen no paga...

Para recibir en tu celular esta y otras informaciones, únete a nuestras redes sociales, síguenos en Instagram, Twitter y Facebook como @DiarioElPepazo
El Pepazo/Con información de La Razón