El Supremacismo de Estado que impone EEUU: punto neurálgico crucial en El Caribe, sobre la vigencia del Derecho Internacional

La verdadera derrota es para "el principio de universalidad e imparcialidad del sistema. Lo que vemos es la politización y uso selectivo del derecho". El conflicto del Caribe es un síntoma de un orden mundial en transición, donde las reglas escritas en 1.945 son desafiadas por la realidad del poder asimétrico y la competencia estratégica.

El Supremacismo de Estado que impone EEUU: punto neurálgico crucial en El Caribe, sobre la vigencia del Derecho Internacional

 

Julio César Benítez Zapata.

Permítanme estructurar un análisis breve en varios ejes.

1. La Tesis Central: ¿El Derecho Internacional Público DIP como "Gran Perdedor"?

Efectivamente, el conflicto en el Caribe (que podemos leer como el prolongado enfrentamiento entre EE.UU. y Venezuela), con episodios como sanciones unilaterales, amenazas de intervención con movilizaciónde una fuerza naval de manera desproporcionada, los ajusticiamientos extrajudiciales de supuestos narcotraficantes, la piratería de Tanqueros petroleros con crudo  venezolano -evidente robo y saqueo- y disputa por El Territorio de La Guayana Esequiba presenta un caso de estudio de la asimetría en la aplicación del Derecho Internacional Público (DIP).

Los principios pisoteados, según mi punto de vista, serían principalmente:

· Art. 2(1): Igualdad soberana de los Estados.
· Art. 2(4): Prohibición de la amenaza o uso de la fuerza.
· Art. 2(7): No intervención en asuntos internos.
· Principio de Solución Pacífica de Controversias.

EE.UU. ha utilizado un arsenal de medidas coercitivas unilaterales (sanciones económicas, financieras, bloqueos) que, para una amplia corriente del derecho internacional y para la propia Asamblea General de la ONU (Resolución 76/168, entre otras), constituyen una violación de estos principios, al buscar asfixiar económicamente a un Estado y cambiar su gobierno.

2. Análisis Geopolítico Breve: Más allá del "Pisotón"

La situación es la manifestación de dinámicas estructurales:

a) La Doctrina de la "Hegemonía por Persistencia": Para EE.UU., el Caribe y su "mar trasero" (Backyard) son una zona de interés estratégico vital histórico (Doctrina Monroe, actualizada según el documento "Colorario Trump, 2.025"). La Revolución Bolivariana, con su proyecto antiimperialista, alianzas con Rusia, China e Irán, y su promoción de un mundo multipolar, es vista como una "amenaza a la seguridad de EEUU", en el marco de la competencia entre grandes potencias. Aquí la seguridad nacional hegemónica se prioriza sobre el derecho internacional.

b) La Selectividad del Sistema Internacional: El caso evidencia la crisis de multilateralismo efectivo. Mientras el Consejo de Seguridad está paralizado por vetos y divisiones, las potencias recurren a instrumentos unilaterales o a "coaliciones de voluntades" fuera del marco de la ONU. El DIP se aplica con severidad a los actores considerados "revisionistas" u "hostiles", pero es esquivado o reinterpretado por las potencias y sus aliados. Esto mina la credibilidad y autoridad del sistema.

c) La Batalla de los Narrativos y las Legalidades:

· Narrativa de EE.UU. y aliados: Enmarca sus acciones bajo figuras como "defensa de la democracia y derechos humanos", "lucha contra regímenes autoritarios" y "sanciones legítimas" para proteger su seguridad. Apela a mecanismos como la Carta Democrática Interamericana (OEA).
· Narrativa de Venezuela y aliados: Denuncia una "guerra económica" y un "ilegal bloqueo" que viola la Carta de la ONU, La Ley Internacional de Aguas y constituye un crimen de lesa humanidad. Se ampara en el derecho al desarrollo y a la autodeterminación de los pueblos.

d) El Factor Regional Dividido: América Latina está fragmentada. Países como México, Colombia (bajo Petro) o Brasil (bajo Lula) abogan por diálogo y no intervención; mientras otros alineados con EE.UU., apoyan la presión. Ésta división impide una respuesta regional unificada y coherente con el derecho internacional, debilitando aún más la capacidad de hacerlo cumplir.

3. Conclusión: ¿Un Sistema Debilitado o un Campo de Batalla?

 El DIP no ha "perdido" del todo en el sentido de haber desaparecido; sigue siendo el campo de batalla discursivo y legal donde se libra este conflicto.
Esto se pudo evidenciar en la reciente reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, donde Rusia, China, Brasil y otros paises, instaron a EEUU a detener el bloqueo, acecho y el incesante intervencionismo en los asuntos internos de Venezuela; todos estos actos violatorios del Derecho Internacional Público (DIP).
Pero, EEUU ratifica la narrativa insustentada de que Venezuela es una amenaza para la seguridad de la región, la suya propia y un Estado que abriga grupos terroristas como Hezbolá, Isis, entre otros.
Ambas partes lo invocan y se acusan mutuamente de violarlo.

La verdadera derrota es para "el principio de universalidad e imparcialidad del sistema. Lo que vemos es la politización y uso selectivo del derecho". El conflicto del Caribe es un síntoma de un orden mundial en transición, donde las reglas escritas en 1.945 son desafiadas por la realidad del poder asimétrico y la competencia estratégica.

En resumen: No es que el Derecho Internacional no exista, sino que su eficacia depende, en última instancia, de la voluntad política de los Estados más poderosos de someterse a él. En este caso, prevalece la lógica de la realpolitik sobre la del derecho. La consecuencia es un grave daño a la seguridad jurídica global y la perpetuación de un sistema donde la "ley del más fuerte" sigue operando, aunque ahora vestida con "argumentos legales por parte de Venezuela y narrativas de dudosa legitimidad", por parte de EEUU.



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