Milagroso rescate de niña colgando en la ventana de un edificio en Maracay
Dentro de su inocencia e ingenuidad, y quizá en un acto que desafía la lógica, la pequeña, en una búsqueda desesperada de unos zapatos, se aventuró a la cima del icónico edificio Samy, desencadenando una escena de película que mantuvo a todos al borde del infarto. Gracias a la rápida acción de nuestros funcionarios, se logró rescatar a una niña de seis años que, en un descuido, quedó atrapada por el cuello en las rejas del edificio Samy mientras buscaba sus zapatos”, dijo en unl comunicado PoliGirardot
Hebert Colina M.
Eran las horas de la tarde cuando el corazón de la ciudad se detuvo y entonces el pánico se apoderó de sus habitantes...
No era para menos: Una niñá de seis años colgaba de la ventana de un edificio ubicado en la avenida Bolívar y el Bulevar Pérez Almarza.
Muchos temblaban, otros se comían las uñas y así todos estaban angustiados y hasta con la tensión arterial alta por lo que presenciaban.
Dentro de su inocencia e ingenuidad, y quizá en un acto que desafía la lógica, la pequeña, en una búsqueda desesperada de unos zapatos, se aventuró a la cima del icónico edificio Samy, desencadenando una escena de película que mantuvo a todos al borde del infarto.
Era simple y llanamente la impotencia y el terror que hacía presa a todas las personas que nada podían hacer para evitar un saldo trágico que involucraba a alguien que apenas comenzaba a vivir...
A Diós gracia, Dios nunca se olvida de sus hijos y su tiempo es perfecto y a pesar del drama que se vivía, dio paso a la esperanza de vida.
Imágen aterradora
Era la hora más caliente de la tarde cuando los transeúntes, en medio del bullicio cotidiano, alzaron la vista y se encontraron con una imagen aterradora: una niña, frágil y vulnerable, atrapada en una zona de alto riesgo en la parte superior del edificio.
Según testigos, la menor, en un arranque infantil, intentó recuperar sus zapatos, pero terminó enredada en las rejas protectoras del inmueble, con el cuello aprisionado en un mortal abrazo de metal. “¡Fue como ver una pesadilla en cámara lenta!”, relató una vecina con lágrimas en los ojos.
El pánico se apoderó de la avenida. Los gritos de angustia resonaban mientras los residentes y curiosos se agolpaban, impotentes, observando el peligro que acechaba a la pequeña.
“¡Sáquenla de ahí, por Dios!”, clamaban los presentes, mientras el reloj parecía detenerse.
La respuesta no se hizo esperar. Como si fueran enviados por el cielo, los valientes hombres y mujeres de la Policía Municipal de Girardot, el Cuerpo de Bomberos y Protección Civil irrumpieron en la escena con una coordinación digna de un operativo de Hollywood. Sirenas, gritos y el rugir de las unidades de emergencia transformaron el centro de Maracay en un campo de batalla contra el destino.
Con nervios de acero, los rescatistas escalaron hasta la cima del edificio Samy, desafiando la altura y el peligro. Cada segundo era crucial. La niña, atrapada y al borde del colapso, dependía de la pericia de estos héroes anónimos. Tras minutos que parecieron eternos, lograron liberar a la menor de las rejas traicioneras, arrancando aplausos y suspiros de alivio de la multitud que, desde abajo, no despegaba la mirada.
A través de su cuenta oficial en la red social @poli.girardot, la Policía Municipal de Girardot narró los detalles de este escalofriante suceso. “Gracias a la rápida acción de nuestros funcionarios, se logró rescatar a una niña de seis años que, en un descuido, quedó atrapada por el cuello en las rejas del edificio Samy mientras buscaba sus zapatos”, reza el comunicado. La menor fue atendida de inmediato, recibiendo un triaje médico para garantizar su bienestar físico y emocional.
Las autoridades entregaron a la niña a su abuela, su cuidadora legal, bajo una medida de protección que asegura su cuidado. Este operativo, según el comunicado, es un reflejo del compromiso del alcalde Rafael Morales con la seguridad de los más vulnerables en el municipio.
Maracay lo jamás olvidará
Este dramático episodio ha dejado una marca imborrable en el corazón de los maracayeros. La imagen de una niña en peligro, suspendida en las alturas, y el heroísmo de los cuerpos de seguridad quedarán grabados en la memoria colectiva. Mientras la ciudad recupera el aliento, una pregunta flota en el aire: ¿cómo evitar que estas tragedias se repitan?
Hoy, Maracay celebra un final feliz, pero también reflexiona. La valentía de los rescatistas y la fragilidad de la infancia nos recuerdan que, en un segundo, todo puede cambiar. ¡Que este milagro en el Samy sea un llamado a la vigilancia y la protección de nuestros niños!
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El Pepazo/Con información de Aragua Press