Róger Díaz encendió la mecha del baloncesto máster

El deportista múltiple ha sido motor de este movimiento de veteranos y, a sus 64 años, está orgulloso por los avances que incluyen una Asociación, un seguro contra accidentes y prometen seguir creciendo.

Róger Díaz encendió la mecha del baloncesto máster
Róger Díaz encendió la mecha del baloncesto máster

Luis Carlucho Martín

Así como Justi Barreto “es el que tiene esto encendío”, en “Un Verano en Nueva York”, asimismo, cargado de ilusiones, quehacer filantrópico, rodaje gerencial con desbordante humildad en sus alforjas, Róger Díaz, un “fiebrúo” todo terreno del deporte en general, es quien encendió la mecha para el actual renacer del baloncesto máster en la Gran Caracas.

Hombre franquicia de Lomas de Urdaneta, el ingeniero civil Róger Díaz, deja en segundo plano no solo su título –con tesis mención publicación–  ganado a pulso y sacrificio en la UCV, sino que aparta su abultado background deportivo que lo ha paseado por los campos de fútbol y beisbol del antiguo Cuartel Rafael Urdaneta de Catia, así como por los gimnasios de lucha libre, las piletas y los mares más reconocidos del mundo, donde perfeccionó técnicas que avalan su certificación internacional como instructor de buceo al máximo nivel; experiencias que ahora desencadenan en su rol como pionero del creciente baloncesto de veteranos de la capital venezolana.

“Chelí, tenemos que canalizar un movimiento deportivo para el renacer del baloncesto. Vamos a darle vida a una categoría donde podamos jugar los veteranos”, increpó un día indeterminado Díaz al reconocido entrenador José Luis Ramos, el menor de la dinastía que completan Raúl y Armando, gente histórica del baloncesto nacional. Todos avalan su relato. Recordemos que las Lomas de Urdaneta ha sido cantera de varias disciplinas deportivas, especialmente del baloncesto caraqueño y nacional.

Su hermano Carlos –reconocido futbolista tristemente fallecido– lo había invitado a retomar el deporte. “Vamos a volver al fútbol”. Róger no pudo, pero quedó con esa espinita de la actividad física. Y en la búsqueda del necesario reencuentro con los amigos de infancia, se fueron uniendo gustos y deseos. La idea del baloncesto se le metió entre ceja y ceja.

Con inocultable pasión, Díaz retrotrae sus inicios como nadador en la piscina del bloque 8 de sus amadas Lomas de Urdaneta –entrenado por el profesor Carlos Guevara– desde los días del desaparecido Consejo Venezolano del Niño, acaso el génesis de su disciplina como hombre multideportivo, misma rigidez que ha aplicado en su exitosa cotidianidad que lo coloca como un ejemplar emprendedor, que desde la base de su tesón no duda en aportar, como sea, para que el deporte mantenga full su agenda a todos sus niveles.

En cada intervención vuelve a su pasado y evoca la emblemática cancha del bloque 2 de Lomas de Urdaneta, “Andrés Quintero” –llamada así en honor al excelso pelotero miembro de los campeones Panamericanos de Beisbol en Chicago 59–, donde inició su accionar en el baloncesto desde los 15 años. Un año más tarde era un alero de la selección lomera que jugó el campeonato distrital juvenil bajo las órdenes de los profesores Pedro “Mamiro” Jiménez y Carlos Machado.  

Díaz, en veloz y acertado registro de su memoria, lanza al caletre la poderosa nómina de aquel trabuco con el que le tocó representar su zona: Iván Olivares Douglas Coronil, Alberto Soto, JHony Jiménez, Reinaldo Linares, Eduard Noguera, Marcelo Dilisio, Sergio Jiménez, además de Frank Díaz, Domingo La Rosa, Nerio Machado, quienes están activos en el máster 60.

Corrían los días de 1980. Jugaron en el Gastón Portillo del IND. Llegaron a la final contra Pinto Salinas con Kako Solórzano y Douglas Barinas como figuras estelares. Mala suerte para ellos, pero excelente para una estrella naciente. Paco Diez irrumpió en el escenario con la gran noticia: Iván Olivares había logrado el cupo en Springfield, donde años más tarde ingresó al Salón de la Fama del Baloncesto Universitario de EEUU. Las Lomas perdió a su jugador clave y con él la final, pero años más tarde fue noticia histórica.

Así lo relata Díaz, henchido de orgullo, quien considera que la actividad física, sistematizada y supervisada, en cualquier disciplina deportiva, pasa por las facetas de profilaxis social hasta lo recreativo y lo competitivo.

Cómo inició esta liga máster

Asegura que en febrero de 2022 decidió invitar a los amigos a salir de la comodidad del sillón. Todo en ese movimiento que conjuga deporte, amistad, armonía, unión, recreación, competencia y salud. Sin sospechar lo que se avecinaba, iniciaron entrenamientos en la cancha del bloque 8 de las Lomas. Su posición como accionista del Hogar Canario Venezolano le permite organizar un encuentro amistoso. Pasado poco tiempo se suma la gente de San Agustín y deciden lanzar un mini torneo. al ver el interés de gente de todos lados Díaz asumió la responsabilidad de aquel monstruo que se acababa de despertar, como le dijo Chelí. Y con trabajo mancomunado fueron aunando experiencias, recurso humano y muchas ganas de crecer. Marcel Laucher, Martín Escobar y tantos otros han llevado las riendas de un indetenible movimiento que hoy tiene en nómina 14 equipos de tres entidades federales, una liga que va por su novena edición, un seguro contra accidentes y una Asociación de Maxi Baloncesto…y esto sigue en ascenso.

Paralelamente, con músculo financiero propio, Díaz ha impulsado el fútbol y el baloncesto menor ahí, en sus Lomas de Urdaneta. Honor a quien honor merece.

Pd: Ojalá los otros Róger Díaz de tantas otras parroquias o barriadas caraqueñas y de todo el país, sean tan decididos, empeñados, testarudos para cristalizar sus altruistas proyectos. Pronto el deporte invadirá todos los espacios de la cotidianidad. Y que siga esto “encendío”…

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