El día que confundimos a Davalillo con Pompeyo Márquez
“Yo me llamo Pompeyo Davalillo”, me corrigió el ex grande liga nacido en el sector Corito de Cabimas luego de haberme escuchado, de manera errónea, mencionar el apellido Márquez, cuando le preguntaba sobre la decisión que había adoptado la directiva de las Águilas del Zulia de cesantearlo como manager
Dimas j. Medina
Neuquén
“Déjate e´vaina; yo no soy político”, respondió por allá en 1994, el ex pelotero zuliano Pompeyo Davalillo, aquella vez que visitó a Barinas, a donde lo entrevistamos para el entonces diario El Espacio.
“Yo me llamo Pompeyo Davalillo”, me corrigió el ex grande liga nacido en el sector Corito de Cabimas luego de haberme escuchado, de manera errónea, mencionar el apellido Márquez, cuando le preguntaba sobre la decisión que había adoptado la directiva de las Águilas del Zulia de cesantearlo como manager
¿Qué siente Pompeyo Márquez haber sido dejado en libertad por las Águilas?, pregunté
No sé en qué estaba pensando cuando le dije Pompeyo Márquez al entonces ex manager zuliano. Lo cierto es que aquel día, el veterano técnico andaba acompañado de otro zuliano beisbolista excepcional: El Hall de la Fama, Luis Aparicio, durante una clínica de beisbol que promovió en la ciudad de Barinas, la célebre compañía de seguros del empresario barinés Tobías Carrero Nácar: Multinacional de Seguros.
Con Pompeyo y Aparicio también andaba Remigio Hermoso. Mis pequeños hijos Dimita y Evita, con quienes nos tomamos una foto, que aún conservo entre mis recuerdos y que es la que refuerza esta crónica, me acompañaban en el aquel entonces.
Por eso, seguimos recordando a Pompeyo Davalillo como si fuera aquella tarde del mes de abril de 1994, cuando también nos topamos con el entonces alcalde de la ciudad de Barinas, licenciado Miguel Ángel Rosales Aparicio, quien al día siguiente hizo entrega a los dignatarios visitantes, sendos reconocimientos por parte de la municipalidad.
Aquel temperamental Pompeyo Davalillo que conocimos en 1994, fue el mismo que de manera referencial nos recordó 20 años después, su amigo de infancia Tomas Valles:
“Últimamente Pompeyo se arrechaba de nada; debe ser por la fama que tenían todos los churuguareros, que se mataban por gusto”, expresó con su afable sonrisa el amigo Valles, quien a pesar de sus 85 años para entonces, recordó como si fuera hace 67 años atrás, cuando ambos defendieron el equipo de beisbol amateur del servicio militar que cumplieron durante el año de 1947.
“Yo jugaba segunda base y Pompeyo defendía el short stop”, atizó Tomas Valles desde su lecho de internado en la Casa Hogar “Madre de San José”, ubicado en la urbanización Las Cúpulas de Cabimas, donde en marzo de 2014 también se encontraba recluido el paisano y colega Alonso Díaz.
“Quién iba a pensar que Pompeyo iba a morir primero que yo, un hombre que a pesar de tener un temperamento arrecho, estaba siempre alegre”, agregó
De manera pues, que tal como lo escribiera el colega Humberto Acosta al conocer la muerte del pelotero oriundo de Cabimas, “Pompeyo Davalillo terminó su último juego y entregó su alma a Dios”
De este recordado ex jugador podemos decir que fue el primer zuliano en llegar a las mayores. Lo hizo en 1953, con los Senadores de Washington, y aunque sólo disputó 19 encuentros, con .293 de average, dejó su nombre en los libros de récords, ya que además de convertirse en uno de los primeros jugadores de menor estatura en la gran carpa (1.60 metros), el 6 de agosto de 1953 se convirtió en el primer venezolano en robar el homeplate en las grandes ligas.
También fue el primero de una brillante dinastía familiar, que también dio al beisbol profesional, su hermano Vitico y sus hijos Marco y David Davalillo.
Aunque muchos aseguran que nació en Churuguara, Pompeyo Davalillo nació en Cabimas el 5 de junio de 1928.
Pompeyo fue pelotero activo entre las temporadas 1952-1953 y 1966-1967. Bateó .273 en su carrera. A su retiro condujo por primera vez a los melenudos, equipo cuyas riendas retomaría posteriormente.
Fue técnico de los Tiburones de La Guaira, Águilas del Zulia y Caribes de Oriente y le dio a la novena zuliana dos títulos consecutivos, en las temporadas 1991-1992 y 1992-1993.
Los rapaces no renovaron su contrato para la temporada 1994-1995 y regresó como coach a los Leones. Entonces el destino dio un giro: el manager Phil Reagan debió renunciar, al ser contratado como timonel de los Orioles de Baltimore, y Pompeyo Davalillo condujo al Caracas a la final, derrotando precisamente a las Águilas y obteniendo su tercera diadema.
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