La elegancia de Aparicio perdura en Cooperstown

“Agradezco a mi padre por enseñarme el secreto de este juego y a todos. Agradezco a Dios por darme la habilidad para jugar este gran deporte…”. Aquel domingo 12 de agosto, Luis Ernesto Aparicio tenía apenas 50 años –lo había cumplido el 29 de abril-. Registraba también 11 años de su retiro como pelotero –su última temporada la jugó en 1973 con los Medias Rojas de Boston-, por lo que debió esperar 6 años desde su primera aparición en las tarjetas, para que fuese seleccionado como nuevo miembro del Salón de la Fama. 41 años después de su ingreso al templo inmortal del beisbol, Aparicio es el más longevo en Cooperstown.

La elegancia de Aparicio perdura en Cooperstown
La elegancia de Aparicio perdura en Cooperstown
La elegancia de Aparicio perdura en Cooperstown
La elegancia de Aparicio perdura en Cooperstown
La elegancia de Aparicio perdura en Cooperstown
La elegancia de Aparicio perdura en Cooperstown

Dimas J. Medina

Neuquén

El día cuando nuestro Luisito Aparicio ingresó al templo inmortal del beisbol, recordó que llegar al Salón de la Fama era un sueño lejano para él y por eso siempre trabajó fuerte y dio lo mejor por su equipo, por los fanáticos y por todos aquellos que aman el beisbol.

Aquel día, domingo 12 de agosto de 1984, hace ya 41 años, nuestra bandera venezolana además de ondear aquella tarde por los alrededores de Cooperstown, también fue testigo de las palabras pronunciadas por el hijo de su maracucha barriada de Santa Lucía:

 “Agradezco a mi padre por enseñarme el secreto de este juego y a todos. Agradezco a Dios por darme la habilidad para jugar este gran deporte…”

Aquel domingo 12 de agosto, Luis Ernesto Aparicio tenía apenas 50 años –lo había cumplido el 29 de abril-. Registraba también 11 años de su retiro como pelotero –su última temporada la jugó en 1973 con los Medias Rojas de Boston-, por lo que debió esperar 6 años desde su primera aparición en las tarjetas, para que fuese seleccionado como nuevo miembro del Salón de la Fama.
  
“Cuando vine por primera vez a este país, era un joven con muy poco en mi bolsillo, pero lleno de sueños y un mundo entero por ganar. Hubo muchos momentos de decepciones y frustración, pero mi amor por este juego me  ayudó muchísimo” (Parte del discurso pronunciado aquel 12 de agosto de 1984 por Luis Aparicio en Cooperstown)

41 años después

En 1973, Aparicio con 39 años, jugó su tercera temporada consecutiva con Boston. En aquella temporada, su número 18 en el mejor beisbol del mundo, el futuro miembro de Cooperstown participó en 132 juegos, bateando para 271 con 135 hits, lo hacía pensar que se retiraría un año después.

A pesar de acudir nuevamente a los entrenamientos primaverales de 1974, con la misión de ganarse un cupo en el equipo grande de los Medias Rojas, un joven short stop, a quien el propio Aparicio ayudó en su formación, lo reemplazó como titular.

Hablamos de Richard Paul Burleson, quien además de jugar en la temporada de 1973-74 con los Cardenales de Lara, en aquella misma campaña cuando Luis Aparicio se desempeñó como manager-jugador de los crepusculares, fue el jugador que reemplazó a su maestro.

Aparicio no quiso iniciar aquella temporada de 1974 en las ligas menores, por lo que decidió retirarse por la puerta grande y, así, por esa misma puerta, ingresó a Cooperstown, 7 meses después, cuando el lunes 10 de enero de 1984, fue anunciado su inmortalización.

Con el 84.6% de los votos, en lo que fue su sexto año de elección al Salón de la Fama, el zuliano logró convertirse en el primero y hasta ahora, el único venezolano en entrar a este recinto sagrado y, para el momento, el cuarto latino que lo lograba, después de Roberto Clemente (Puerto Rico, 1973); Martín Dihigo (Cuba, 1977); y, Juan Marichal (Dominicana, 1983).

18 años en la MBL consagraron su inmortalidad
 
Para los conocedores del beisbol, la elegancia de Luisito Aparicio en el campocorto marcó un antes y un después, al punto de ser el primer pelotero venezolano en ganar el premio Novato del Año, en aquella temporada de 1956 con Medias Blancas de Chicago.

Su legado en el beisbol comenzó justamente en su estreno en las mayores, al punto de comandar la Liga Americana en bases robadas (21), toques de sacrificio (14) y lograr además 142 imparables en sus primeros 152 careos como miembro de sus Medias Blancas de Chicago en la MLB.

La gesta de este venezolano continuaría su camino en los siguientes nueve años, al comandar el departamento de estafadas de manera consecutiva y además, en aquella campaña de 1959 cerró como segundo en la votación al Más Valioso, con 157 indiscutibles, 51 carreras impulsadas, 56 robos, y un average de .257.

Al terminar su carrera de 18 años, Aparicio coleccionó 2677 hits, sólo superado por Miguel Cabrera (3.174) y Omar Vizquel (2.877) como los venezolanos con más hits en la historia del beisbol de las grandes ligas.

Además de ser  el único criollo con más de 500 bases robadas, amén de acudir también a 13 Juegos de Estrellas y ganar nueve Guantes de Oro, en el plano defensivo, Luisito Aparicio se mantiene como el segundo campocorto con más asistencias en la posición, con 8.016 – detrás de Ozzie Smith (8.375) –; sexto en la historia con 4548 outs; cuarto en Doble Plays concretados (1553) y tercero en la historia con 22408.2 entradas jugadas en la posición. 

Y a sus 91 años de edad, don Luis Aparicio se mantiene como el miembro más longevo de Cooperstown.

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