Leucemia, linfoma y mieloma múltiple, las señales. La supervivencia de los cánceres hematológicos ha aumentado en los últimos años gracias a los avances terapéuticos. Descubre cuáles son los tumores de la sangre más frecuentes y sus síntomas característicos.
La incidencia de estos cánceres se ha mantenido estable en términos generales, según han confirmado los expertos, y la mejor noticia es que la supervivencia está aumentando gracias a los avances terapéuticos, aunque de forma bastante desigual dada la heterogeneidad de estas enfermedades oncológicas.
Cánceres hematológicos más frecuentes
El informe Las cifras del cáncer sanguíneo en España: estimaciones de incidencia para 2025 y análisis de supervivencia se ha presentado coincidiendo con el Mes del Cáncer Sanguíneo, que se conmemora a lo largo de septiembre. Según ha destacado Rafael Marcos, coordinador de HematoREDECAN, este tipo de tumores son bastante más frecuentes en los hombres que en las mujeres, aunque no se sabe por qué. De los casi 26.000 casos que se diagnosticarán en España según las estimaciones del grupo de expertos que ha elaborado el documento, más de 14.000 se producirán en hombres y en torno a 11.000 en mujeres.
Las neoplasias linfoides son las más frecuentes, ya que representan el 71% del total de cánceres hematológicos que se registrarán el año que viene. Dentro de ellas, las que concentrarán más pacientes serán las neoplasias de células B maduras (entre las que destacan el linfoma difuso de células B grandes, el mieloma múltiple, el linfoma folicular y la leucemia linfocítica crónica), seguidas del linfoma de Hodgkin.
Las neoplasias mieloides representarán el 28% de todos los cánceres de la sangre, siendo las más frecuentes las neoplasias mieloproliferativas, la leucemia mieloide aguda y los síndromes mielodisplásicos.
Supervivencia a los 5 años
La supervivencia global de los cánceres sanguíneos durante el período analizado en el informe, de 2009 a 2018, fue del 62,1%. Las neoplasias linfoides mostraron el mejor pronóstico, con una supervivencia a los 5 años del diagnóstico del 67,9%, frente al 49,5% observado en las neoplasias mieloides. Las mujeres registraron tasas de supervivencia más altas, con un 66,1%, en comparación con el 59% registrado en los hombres para el conjunto de estos tumores.
Dentro de las neoplasias linfoides, las que presentan una supervivencia más alta son el linfoma folicular, el linfoma de Hodgkin y la leucemia linfática crónica. En las neoplasias mieloides, la supervivencia más alta a los 5 años del diagnóstico se registró en la trombocitemia esencial, con un 90,3%, seguida de la policitemia vera, la leucemia mieloide crónica, la mielofibrosis primaria, los síndromes mielodisplásicos y la leucemia mieloide aguda.
Últimos avances terapéuticos
Los expertos que participaron en la presentación del informe señalaron que es muy posible que las cifras de supervivencia que se reflejen en futuros documentos sean superiores porque en el periodo analizado, que abarca hasta 2018, no se habían introducido aún los últimos tratamientos que, tal y como muestran los ensayos clínicos realizados, disminuyen la mortalidad y mejoran la calidad de vida de los pacientes.
En los linfomas, según explicó Alejandro Martín, vicepresidente del Grupo Español de Linfomas (Geltamo), “los datos de supervivencia son positivos en general, en buena parte gracias a los anticuerpos monoclonales”. Tras esta incorporación, durante muchos años se produjeron pocos avances terapéuticos, pero en los últimos años han vuelto a aumentar las perspectivas de vida de quienes sufren este tipo de tumores debido al mayor “conocimiento de su biología y patogenia”, que ha propiciado el desarrollo de los denominados fármacos dirigidos. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, los inhibidores de la tirosina-quinasa, que “han cambiado la historia natural del linfoma del manto”.
A lo anterior hay que sumar la irrupción de la inmunoterapia que, en palabras de Martín, “ha revolucionado el tratamiento al superar a la terapia estándar de quimioterapia más trasplante de médula ósea”. De hecho, en ciertos casos ha conseguido un potencial curativo inexistente previamente.
En lo que se refiere al mieloma múltiple, María Victoria Mateos, presidenta de la SEHH, señaló que en la práctica clínica también se están consiguiendo cifras de supervivencia superiores en estos tumores gracias a la inmunoterapia y otros nuevos fármacos, pero “se necesitan más años para que se registren” en los informes epidemiológicos. No obstante, precisó que la avanzada edad a la que se suele diagnosticar el mieloma múltiple juega en contra de un aumento drástico de la supervivencia. “Son personas más frágiles con más comorbilidades (otras enfermedades) que hacen que no sean buenos candidatos a todas las novedades terapéuticas”.
Por último, Josep María Rivera, coordinador del Grupo Español de Leucemia Aguda Linfoblástica (LAL-Pethema), señaló que con los nuevos fármacos se espera “un salto enorme” en la supervivencia de las leucemias linfoides. “Las inmunoterapias, sobre todo cuando se administren en primera línea -y esto es muy reciente- presentan una gran eficacia”. El objetivo es claro: “Con más eficacia y más accesibilidad”, con este tipo de terapias “se podrá reducir la quimioterapia y obtener mejores resultados”.
Alertas para el diagnóstico precoz
Un aspecto fundamental para tratar con éxito los tumores hematológicos -al igual que el resto de los cánceres- es el diagnóstico temprano para que las terapias alcancen su máxima eficacia. Hoy por hoy, no se dispone de métodos de cribado sistemático o screening como los que se aplican en la detección precoz del cáncer de mama o el de colon. No obstante, los expertos consideran que dar visibilidad a estas enfermedades y conocer sus signos y síntomas puede contribuir a adelantar su diagnóstico.
Linfoma
El rasgo más característico de los linfomas es la adenopatía, que es el aumento de tamaño de los ganglios linfáticos. Suele ser en el cuello, las axilas y las ingles. Lo que nota el afectado son bultos, que generalmente no duelen. “Otras veces las adenopatías son internas y en esos casos los síntomas son más inespecíficos”, advierte Martín.
Otros síntomas indicativos de estos tumores pueden ser el cansancio, sudoración nocturna importante, pérdida de peso, picor en la piel…
Mieloma múltiple
En el mieloma múltiple se pueden citar como posibles síntomas el cansancio progresivo, tener una orina muy espumosa y el dolor de huesos (generalmente, en la zona lumbar) que no cede con analgésicos ni reposo.
Según explicó Mateos, se puede sospechar la presencia de un mieloma múltiple cuando un análisis de sangre muestra las proteínas totales elevadas. El siguiente paso será analizar qué proteínas están elevadas, con el fin de determinar si son indicativas de un tumor incipiente de este tipo.
Leucemia
En el caso de la leucemia sucede algo parecido: hay pequeñas alteraciones que se pueden apreciar en un análisis de sangre que podrían ser indicativas de una preleucemia.
Las manifestaciones de las leucemias pueden ser muy diversas: fiebre, infecciones que duran más de lo habitual, sangrado de encías o nariz, lesiones puntiformes de color rojo o violáceo en la piel, aparición de muchos moratones, cansancio, dolor en los huesos, dolor generalizado…
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