El milagro más solicitado en los días de la canonización

Usted, desde su intimidad, con libertad plena, sin presiones, sin tapujos, sin control alguno, con mucha conciencia y, sobre todo, cargado de fe, por favor responda. Eso sí, sencillo. Respuesta corta y clara. Publíquelo en su estado al estilo: “Este es el milagro que espero se cumpla de inmediato…” y cierra con un profundo “¡Aaaaamén!”.

El milagro más solicitado en los días de la canonización
El milagro más solicitado en los días de la canonización

Luis Carlucho Martín

En vísperas de la tardía canonización de la Madre María Rendiles y de José Gregorio Hernández –el próximo 19 de octubre en El Vaticano por parte del Papa beisbolero, León XIV, súper fanático media blanca, admirador del Chico Carrasquel, de Ozzie Guillén y del súper justiciero Hank Voigth de Chicago PD– deberían las empresas encuestadoras crear un challenge o lo que suelen llamar reality show, con una preguntica adecuada al momento: ¿Cuál es el milagro más solicitado a quienes pronto ascenderán, oficialmente, al lado del Señor?

Usted, desde su intimidad, con libertad plena, sin presiones, sin tapujos, sin control alguno, con mucha conciencia y, sobre todo, cargado de fe, por favor responda. Eso sí, sencillo. Respuesta corta y clara. Publíquelo en su estado al estilo: “Este es el milagro que espero se cumpla de inmediato…” y cierra con un profundo “¡Aaaaamén!”.

Por ejemplo, los profesores del IUT del km 8 de la carretera Panamericana tienen dividida su petición, hecha con profunda creencia en el Empíreo. Los jubilados desde 2011, que aún no han cobrado sus prestaciones sociales –así como lo lee usted, apreciado lector–, quieren, no solamente recibir su liquidación, sino que le alcance para darse el gustico con el que soñaron durante sus más de 30 años de servicio a favor de la educación superior y la formación ciudadana. Otros, en distinta nota, piden desesperadamente que “por favor” las nuevas autoridades regresen el nombre originario de la otrora excelsa Casa de Estudios, que, desde sus inicios, en honor a un distinguido venezolano, se llamó Instituto Universitario de Tecnología Dr Federico Rivero Palacio. Es que un día cualquiera, luego de mermar salarios, condiciones logísticas y servicios básicos como transporte y comedor --con lo cual se redujo considerablemente la matrícula y apareció la deserción docente-- alguien decidió llamarlo Universidad del Transporte, a secas. Ahora, comprobado que no se avanzó en ningún renglón inherente a lo formativo, llegan nuevas autoridades, con otra visión. Son todos militares. Se espera que al típico grito de la unión cívico militar: “Aaaatención. Firme, nuevos”, decidan reintegrarle no solo su nombre sino su calidad. ¿Imposible? ¿Se hará el milagro? Ojalá incluyan lo de las sagradas prestaciones de tantos afectados.

Por su parte, El Negrito y El Ciego Alegre, como se autodenominan respectivamente, los charros de Mérida y de Chivacoa, en sus cantos de buen tono y a viva voz en los vagones que recorren la línea 1 del Metro de Caracas, enarbolan deseos ciudadanos referidos a la escasa calidad y altos costos de servicios compatibles con la vida misma, como el agua y la energía eléctrica. La gente los oye, se ríe y después comenta. Unos dicen que el bloqueo. Otros creen en las iguanas comecables e interplanetarias. Los demás opinan otras cosas. ¿Será algo sobrenatural abordar y corregir esos problemitas? ¿Realmente corresponde a los santos?

Una señora, que iba oyendo el asunto, agregó el caso de su nieto, no sin antes asegurar que ella se alistó para defender la patria, porque --en la más pura filosofía callejera-- "una vaina es una vaina y otra vaina es otra vaina". Entonces, con profunda frustración dibujada en su rostro, expuso su máximo deseo. Quiere ver a su nieto graduado como hombre próspero de esta nación. Pero lo duda. Él apenas cursa quinto grado. Ella asegura que la maestra escribe cajón con g. Que el director del plantel, en su hablar cotidiano, dice “hubieron”, “éranos”, “andábamos”, “estábanos” y “veníanos”. Y, de ñapa, mandaron una circular para pedir colaboración a los representantes porque no “ay” ni “pa comprá papel tualé”. Así dijo ella. Por supuesto, ya sabemos cuál milagro pide con urgencia.

Mientras tanto, las redes sociales están cansadas de tantos rumores acerca de lo que sucede en El Caribe. Millones de cuentos. Que si guerra avisada no mata soldado. Que la soberanía nacional. Que ahora sí. Que eso es injerencia. Que es un show gringo. Y uno, en medio del vaivén desinformativo, claro que sí, también tiene sus deseos. ¿Cuál es el suyo? Publíquelo en su estado de WhatsApp. Listo.

Lo cierto es que, con un dólar criminal –que el año pasado a estas alturas no llegaba a 50 bolos y hoy cuadruplicó su costo al cambio legal del BCV–, con salarios congelados pero indexados a quién sabe qué, seguimos en subsistencia en este marasmo de desatinos administrativos, que, tristemente, golpean al más vulnerable y nos mantienen en mamazón inducida que atenta contra la adquisición de tratamientos, alimentación adecuada y balanceada, pago de servicios y otras cosillas propias de cualquier persona que trabaja o que cualquier jubilado o pensionado requiere para respirar con dignidad. ¿Qué desea usted como milagro? Publíquelo.  

¿Cúantos añoran el regreso del bojote de ceros que algún día acompañaron al bolívar? Cero a la derecha vale, a la izquierda no, dicen algunos jodedores recordando a Baldor. Y las cajas de ahorro. Y los HCM. Y bonos vacacionales y de fin de año –que no son regalos ni dádivas sino derechos adquiridos–. Y, quién sabe cuántas cosas más que hoy flotan en la inalcanzable nube de la voraz dinámica…

Luce cuesta arriba solapar que hay un montón de gente varada en hospitales o centros de salud –públicos o privados– rogando por curarse, ellos o sus familiares. Sin dudas, son milagros prioritarios. ¡Qué el Cielo oiga esas súplicas ya, carajo…!

Pero, por favor, no os desesperéis. Si os pela el chingo os agarra el sin nariz. En estas navidades adelantadas, con aguinaldos a sueldo congelado y aparentemente cancelado en cuatro partes, hay más tiempo para pensarlo bien antes de escribir las cartas de peticiones tanto al Niño Jesús como al mágico trío de Melchor, Gaspar y Baltazar…Aseguran los prestidigitadores que la palabra más repetida –tendencia irreversible–, en esas misivas al hijo de Dios, es EMPATÍA. Imaginemos que los poderosos ocupan el puesto de los pelabolas, al menos un día. Y viceversa…

Coño, Madrecita María de Rendiles y tú, panita José Gregorio, desde su condición de omniscientes sabemos que pueden leer pensamientos, por favor cumplan los milagros más solicitados. Ya saben cuál es el mío.

Para recibir en tu celular esta y otras informaciones, únete a nuestras redes sociales, síguenos en Instagram, Twitter y Facebook como @DiarioElPepazo

El Pepazo