Cómo se detectan el 60% de los casos. Los avances en los tratamientos y la detección precoz han mejorado de forma significativa la supervivencia del cáncer renal en los últimos años. Te informamos sobre sus síntomas, factores de riesgo y prevención.
El carcinoma de células renales se asocia con una gran variedad de signos y síntomas, lo cual hace más difícil el diagnóstico. A esto hay que sumar una complicación adicional: muchos pacientes no experimentan síntoma alguno hasta que la enfermedad se ha extendido a otros órganos. A pesar de ello, cada vez son más los casos que se detectan de forma precoz y fortuita en exploraciones médicas con otros propósitos y los avances terapéuticos han llevado a un aumento considerable de la supervivencia de los pacientes.
Una revisión publicada en la revista JAMA resalta los avances en el manejo de estos tumores en Estados Unidos, que son extrapolables a los alcanzados en otros países occidentales: “Aunque su incidencia ha aumentado aproximadamente un 1% por año desde 2015 hasta 2019, la tasa de mortalidad ha disminuido aproximadamente un 2% por año desde 2016 hasta 2020”. En los pacientes con masas tumorales renales de menos de 4 cm de tamaño (el 48% de los casos), la nefrectomía (extirpación mediante cirugía) parcial puede llevar a una supervivencia a los 5 años de más del 94 %. Cuando se trata de un cáncer avanzado o metastásico, las combinaciones de distintos fármacos se asocian con una respuesta tumoral del 42% al 71%, con una mediana de supervivencia general de 46 a 56 meses.
La SEOM corrobora estos progresos: “Si hace 15 años el tratamiento de pacientes con carcinoma de células renales avanzado con interferón o cirugía aislada como herramienta terapéutica era capaz de lograr medianas de supervivencia de 5-7 meses, en la actualidad la secuenciación terapéutica de nuevos fármacos consigue proyectar medianas de supervivencia superiores a los 40 meses, manteniendo una buena calidad de vida para el paciente”.
Síntomas del cáncer renal
Los signos de alerta del cáncer de riñón -que en buena parte de los casos solo se presentan cuando el cáncer ya está en estadio avanzado- pueden ser:
- Sangre en la orina (hematuria).
- Dolor en la zona lumbar.
- Una masa en el costado o en la zona lumbar.
- Cansancio.
- Pérdida de peso involuntaria.
- Fiebre sin causa aparente o que no desaparece.
- Anemia.
Tal y como apuntan los oncólogos de SEOM, “se ha descrito como típica la asociación de hematuria, masa y dolor en el costado, pero esta triple asociación tan solo está presente en un 10% de los casos”. Es más, la “hematuria aparece en más de la mitad de los casos, pero puede no ser visible y tan solo evidenciarse en un análisis de orina (hematuria microscópica)”.
Detección precoz de los tumores renales
Con unos signos de alerta que conducen al diagnóstico del cáncer renal en solo un porcentaje ínfimo de los casos, ¿cómo es posible que se detecten de forma precoz tantos tumores? Tal y como informa la Asociación Española Contra el Cáncer, “en la actualidad no hay campañas de detección precoz o cribado del cáncer renal dirigidas a la población general, si bien, dada la gran cantidad de ecografías abdominales o urológicas que se hacen de rutina, se diagnostican casos de cáncer renal en estados precoces”. Según los datos de los que dispone esta entidad, la cifra es muy significativa: “El 60% de los cánceres renales se diagnostican incidentalmente en exploraciones por otras causas”.
Prevención y tratamiento del cáncer de riñón
Entre los principales factores de riesgo del cáncer de riñón cabe destacar los siguientes: fumar, la obesidad, la hipertensión arterial, tener antecedentes familiares de cáncer de riñón, la exposición al tricloroetileno, la insuficiencia renal crónica avanzada (diálisis crónica) y la herencia genética (solo el 5% de los tumores de este tipo). La exposición al cadmio también podría influir. No todos los casos de cáncer renal son evitables, ni mucho menos, pero actuar sobre los factores de riesgo modificables puede contribuir a su prevención.
En cuanto al tratamiento, en los últimos años han progresado de forma muy significativa las distintas opciones terapéuticas. Van desde la vigilancia activa en personas de edad avanzada con otras patologías graves, hasta las terapias dirigidas y la inmunoterapia, pasando por la cirugía, la embolización, la quimioterapia y la radioterapia.
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El Pepazo/Marca