Leonardo Núñez Martínez
La gente del campo posee un catálogo mental de nombres de especies vegetales presentes en el medio o entorno dónde se desenvuelve. Esa lista se completa con las denominaciones que utiliza para identificar a todos los animales que cría y a aquellos que viven en estado silvestre.
Los árboles son muchos y variados. Distinguirlos contribuye a su manejo, mantenimiento o explotación. La nomenclatura vegetal comprende hierbas, arbustos, árboles, es decir, toda especie pequeña o grande, benigna o no, útil o inútil.
Ningún montuno de Perijà o de cualquier lugar de Venezuela desconocía los nombres de las plantas que tenía en el patio, en la parcela o matera. Así como a las personas, las distinguía con el nombre que por tradición tenían en la localidad o el que le reconocían los libros, guías o manuales de agricultura. Creo que mi tío Tulio se los sabía todos. No era fácil «rasparlo» al preguntarle por cualquiera. Distinguía de lejos la ceiba del ceibote, el alcornoquio del vivito y el mamón del cutupriz.
Era propio llamar las cosas por su nombre, no como sea o se le antojara al mentor y este cuidado se extendía en el monte, llamando a las matas por su nombre con temor a equivocarse. Muchas especies vegetales se han diseminado desde unas zonas a otras, haciendo difícil hoy reconocerlas a todas por su nombre.
El manejo irresponsable de la política nos muestra también prácticas, categorías, teorías, estatus y roles que no obedecen a los conceptos y denominaciones que se les atribuye.
Así, se llama «prosperidad» a una carboeléctrica que nos dejaría sin agua y «minería ecológica» a algo que no existe; se les dice «empresarios» a muchos vagos, egoístas y tramposos; se llama «campesino» a quien vive en el campo pero su mente está en Miami; se confunde reformismo con revolución; al injerencismo se le oculta detrás de la «ayuda humanitaria»; se etiqueta de sabio a quien no sabe; se acusa de ambicioso a un revolucionario; se acusa de provocar una guerra a quien defiende el territorio de su país y lo peor, llamar «aliado» a una colonia y a un títere impostor, «Presidente».
ORGULLOSAMENTE MONTUNO
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