Trump: La Familia Migrante y Pesadilla de la Deportación…
El que levanta muros para que no entren los otros, a menudo olvida que su casa también tiene puertas traseras… por donde entraron los suyos.” ANACLETO

Luis Semprún Jurado
El Bohemio olía a humedad, café recalentado y conspiración. El ventilador giraba con la pereza de quien ya no cree en el cambio, como si supiera que hoy habría verdades incómodas. Anacleto llegó puntual, con su paso pausado, su chaqueta de años y un cigarrillo en la boca. Al verme, me guiñó un ojo en señal de saludo. Traía bajo el brazo una carpeta manila, de esas que solo sacaba cuando venía dispuesto a rebanar mitos con bisturí de sarcasmo. La colocó sobre la mesa cargada de tiempo y soltó: «¡Camaritas! Qué ironía: Trump ladrando a la luna migrante mientras su propio árbol genealógico se pudre de hipocresía. Vamos a desnudar ese árbol genealógico con raíces tan migrantes que el propio Trump, el de las 34 condenas y el peinado postizo, debería pedir perdón. Y les repito algo que en otra ocasión les dije: su fobia no nace del miedo al otro, no, nace del recuerdo. Porque los migrantes le recuerdan de dónde viene… y de lo que podría haber sido.» Y sin levantar mucho la voz, añadió: «Hoy desnudaremos una historia de migración, no la de un jornalero que cruzó el río con esperanza y barro, no; la historia de un magnate, nieto e hijo de migrantes devenido presidente, que persigue migrantes con el mismo celo con que su suegra perseguía cupones de supermercado cuando recién llegó a EE. UU.»
Abrió el portafolio como si estuviera revelando secretos de Estado. «Aquí se guarda toda la historia de quien no quiere recordar sus raíces, su pasado, ni el de toda su familia.» Sacó un sobre de manila y continuó: «El convicto, que promueve recortes severos a la inmigración legal, incluidas medidas contra la “cadena migratoria”, convive con su familia directa que utilizó esas mismas vías, según “The Guardian”, “People” y “Teen Vogue”. Friedrich Trump, su abuelo paterno, llegó a EE.UU. en 1885 de Baviera, escapando del servicio militar, según documentos oficiales (Archivos de inmigración del Ellis Island Museum y "The Trumps: Three Generations of Builders and a Presidential Candidate" de Gwenda Blair, 2001). Se fue al Yukón, Alaska, y fundó el ‘Arctic Restaurant and Hotel’. Oficialmente: bar-restaurant. Extraoficialmente: burdel para mineros con lingotes de oro y... chicas juguetonas.» (Fuente: DNR Online). Una sonrisa ácida recorrió el local, «Sí, así como lo oyen: un negocio con “chicas juguetonas” para mineros codiciosos de pan y placer. No hay evidencia de que él fuese un proxeneta brutal, pero alquilaba cuartos por hora a damas. Y ahí, señoras comerciaban con lingotes de oro en mano. Lo demás…» Guiñó un ojo «queda a su imaginación.» Un joven periodista, curioso, preguntó: «¿Heredó esa culpa el Presidente?» Anacleto exhaló humo, sin responder de inmediato, entonces soltó: «¿Culpa? No. Adicción al control. Porque si tu abuelo migrante amasaba oro en un hotel-burdel y tú persigues migrantes como si fueran plagas, tus perros guardianes son tus propios demonios familiares.» El joven periodista se adelantó: «¿Y esa historia la conoce Trump?» «La conoce», dijo Anacleto encendiendo un cigarrillo. «Y por eso odia a los migrantes; porque le recuerdan quién es; porque en cada niño latino ve a su abuelo con las botas llenas de barro y oro robado al norte helado; porque cada madre con acento le recuerda a la suya, Mary Anne MacLeod, migrante escocesa que con apenas 18 años llegó a EE. UU. en 1930… buscando suerte y un marido. Y no fue sino hasta enero de 1936 que se casó con Frederick Trump, padre del convicto con 34 condenas a cuestas.»
Anacleto me miró, se puso de pie, dio unos pasitos para estirar sus piernas y sonriendo murmuró: «Camaritas, sepan que hasta la primera esposa de Trump era migrante, del bloque soviético. Ivana Zelníčková nació en 1948 en la antigua Checoslovaquia. Llegó a Canadá en 1971, tras comprar un matrimonio austriaco para obtener pasaporte. Llegó buscando oportunidades. Trabajó como modelo en Canadá y luego en 1975 en EE. UU. conoció a Trump y se casaron en el 77. Se divorciaron en el 90 por líos de faldas del Trump con Marla Maples.» Otra voz se alzó: «¿Y Melania?» «¡Ah, Melania!», susurró Anacleto. «¡La joya de la corona!» Anacleto inclinó el torso hacia el público, bajando la voz a conspiración. «Llegó a EE.UU. en 1996 con visa de turista... y trabajó ilegalmente como modelo. Su ex asesora, Pamela Golbin, lo confirmó al New Yorker: fue migrante irregular, como tantos que hoy su esposo caza.» (The New Yorker, 2019, "The Model American", Margaret Talbot). «Conoció a Trump en 1998; en marzo de 2001 obtuvo la visa EB-1, apodada "Visa Einstein” categoría de “habilidad extraordinaria” (aunque su única habilidad extraordinaria fue aguantar los ronquidos del magnate); se comprometieron en abril de 2004, se casaron en enero del 2005; se naturalizó en 2006 (Fuente: The Washington Post, 2018, artículo "Melania Trump’s immigration story is not unusual — except for how it ended").» Le dio un jalón a su cigarrillo y exhalando el humo gruñó: «Con Ivanka tuvo tres hijos: Donald Jr., Ivanka y Eric; uno con Melania: Barron. Los cuatro pertenecen a una “cadena migratoria” como las que con tanta saña persigue.» En un gesto inusual en él, Anacleto aplastó la colilla con furia contenida: «Ese hijo de camarera, nieto de proxeneta, casado con ilegales... ¡dicta qué sangre es "americana pura"! Es ironía que ese convicto, con 34 condenas a cuestas, hijo del exilio europeo, madre escocesa, abuelos alemanes, esposas migrantes e hijos de la cadena migratoria, lengua nativa del ego, pretenda definir quién es americano originario. Eso es, camaritas, como mezclar whisky barato de garrafa y querer explicar la receta del escocés.» El coronel retirado preguntó: «Si es odio a su origen, ¿por qué esperaron hasta ahora para decirlo?» «No es odio heredado, coronel», aclaró Anacleto, «es vergüenza disimulada con deportaciones. Es miedo a que le recuerden que su linaje empezó con un negocio de camas calientes en el Yukón y no con una Constitución; que su madre cruzó el Atlántico en barco de tercera clase, no en yate dorado; que sus esposas lo hicieron en tacones rotos, y que él, sin migración… sería solo un nombre polvoriento en un registro de hotel barato.»
En varias ciudades de EE.UU. existe gente recolectando firmas para que Trump deporte a Melania, su actual esposa, y si insiste en ordenar que el ICE cace a los migrantes como animales, ilegales o no, que la ley le sea aplicada también a Barron, a sus suegros y a sus demás hijos por ser migrantes y/o “parte de una cadena migratoria”. Si insiste en derogar el derecho “jus soli” a los hijos de migrantes, entonces que la ley se aplique a sus hijos (todos parten de una “cadena migratoria”), a su esposa y suegros (todos migrantes) y a él mismo (abuelos paternos alemanes, madre escocesa). Aquí vale decir: La Ley es dura pero es la Ley y DEBE ser igual para todos. También debe ser aplicada a gran parte de su gabinete, empezando por su Secretario de Estado Narco Rubio, perdón, Marco, hijo de migrantes cubanos (su cuñado, condenado por narcotráfico, está en libertad, “se dice que” gracias a su influencia), porque la mayoría tiene origen migrante. ¡Eso sí es 'hacer América grande otra vez'! Trump no odia a los migrantes... odia que los pobres osen jugar con sus mismas reglas.
Los migrantes no sólo "van a EEUU por el sueño americano", lo reconstruyen a diario. Representan más del 17% de la fuerza laboral total del país, pero en sectores clave como la agricultura, el cuidado de personas, la construcción y la alta tecnología, la proporción supera el 30%. No es retórica: sin migrantes, no hay cosechas, ni hospitales funcionando, ni innovación en Silicon Valley. Más de 40% de las empresas líderes (Google, Tesla, Intel y otras) fueron fundadas por inmigrantes o sus hijos. (Trompas los cataloga de criminales y delincuentes” y los desea exterminar como plaga. Su lamebotas principal, Narco Rubio, perdón quise decir Marco, hijo de migrantes cubanos, está encargado de cumplir su orden al pié de la letra). Además, pagan impuestos (más de $400 mil millones al año) y reciben menos beneficios sociales que los ciudadanos nativos. Aun así, son chivo expiatorio. La paradoja estadounidense es esta: persigue con redadas a quienes lavan sus platos, recogen sus cosechas, construyen sus casas y cuidan sus ancianos, mientras exhibe su economía global construida por cerebros que llegaron con una maleta y un acento.
California, con una importante población migrante mejicana, no se quiere ir de EE.UU. por capricho, sino porque se cansó de pagar la cuenta del caos ajeno. Con un PIB de más de 4.3 billones de dólares (2025), California supera a Alemania, Inglaterra y la India en riqueza bruta. Si fuese un país independiente, sería la cuarta economía del mundo. Su poder no es solo económico, sino también cultural, científico y ecológico: es líder en tecnología, cine, energía limpia, agricultura y universidades de clase mundial. Lo paradójico es que mientras genera riqueza, recibe a cambio recortes, intervenciones federales y amenazas judiciales por proteger migrantes, regular armas o cuidar el medio ambiente. En los últimos años, el movimiento "Calexit" ha ganado fuerza no por razones ideológicas, sino por simple matemática: da mucho más al gobierno federal de lo que recibe. Y existe otra razón: mientras Washington se radicaliza hacia el autoritarismo y el supremacismo, California apuesta por la inclusión, la diversidad y la innovación. No es que California quiera irse… es que ya no se siente parte del mismo país.
¿Qué haría el gobierno de Trump si la policía, en estados gobernados por demócratas, hace redadas contra los “cazarecompensas encapuchados” del ICE y sus familias, para verificar su “status migratorio”, o contra las familias de los miembros del gabinete, de origen migrante? Creo que sería el acabose de la “democracia” estadounidense. ¿Dónde esconderá Narco a los suyos, en especial al esposo de su hermana? Todas las fuentes aquí mencionadas son públicas... pero los grandes medios las esconden bajo 20 capas de 'análisis neutral'. Por eso es mi trabajo hurgar en las hemerotecas para poder ofrecérselas y mi portafolio está lleno de recortes: la verdad no necesita adornos, solo testigos con valor para citarla."
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