Desde que comenzó el Mundial, Kylian Mbappé se ha erigido, con permiso de Griezmann, en la gran estrella de la selección francesa. El delantero es uno de los máximos goleadores del torneo, con 3 goles, ha asumido las riendas del equipo sin Benzema y se le ve feliz cada vez que pasa por zona mixta. No obstante, todavía no ha comparecido públicamente, ni en rueda de prensa ni en las flash interviews que debe hacer con las televisiones, algo que no es casualidad.

Mbappé es un jugador que controla cada detalle, por muy mínimo que sea, de su comunicación. En Qatar, el futbolista se comprometió a no hablar en rueda de prensa para evitar preguntas sobre su futuro. Desde que comenzó la temporada, los rumores sobre su deseo de salir de París se han incrementado, por lo que el talento de Bondy prefiere permanecer en la sombra y centrarse en su objetivo actual, que es ganar el Mundial.

La Federación, asimismo, prefiere que Mbappé no hable y asume la multa que deben abonar aquellos jugadores que no comparecen en rueda de prensa después de haber sido designados MVP del partido. La decisión ha sido consensuada por las dos partes y no de motu proprio por parte del jugador, que está realizando un inicio de Mundial extraordinario y no quiere hablar, al menos de momento, para centrar toda su energía en la selección francesa.

Tanto el entorno como el futbolista son conscientes de que cualquier pregunta de su futuro podría enturbiar el ambiente en la selección. En el vestuario de la campeona del mundo reina la armonía, la complicidad y las cuestiones extradeportivas no existen. Mbappé quiere igualar a Pelé como el primer jugador que gana dos Mundiales antes de cumplir los 24 años. Después, en enero, fecha en la que se abre el mercado de invierno, se sentará a hablar con el PSG para ver cuál es la estrategia del club respecto a su situación.

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El Pepazo/AS