El fútbol es un deporte caprichoso. Y si no, que se lo cuenten a Uruguay. Cuando su futuro en el Mundial de Qatar 2022 pendía de un hilo, el funámbulo Luis Suárez, que realizó su último truco de acróbata con la ‘Celeste’, apareció de nada para obrar un milagro que se terminó marchitando en el minuto 91 del otro encuentro del grupo H. El ‘Pistolero’ se derrumbaba por completo en el banquillo del Al Janoub Stadium al mismo tiempo que Hee-Chan Hwang se convertía en el villano de los sueños de Uruguay. Unas lágrimas que ya son parte de la historia de esta Copa del Mundo.
El último baile de Luis Suárez
La sed de venganza de Ghana, que les bastaba un empate, quedó en un mero susto tras chocarse de lleno con el ‘9’ uruguayo, que no tuvo piedad para cargarse otra vez al equipo africano… como en el Mundial de Sudáfrica 2010, donde sacó el balón bajo palos con las manos. Una parada que se ‘asemeja’ a los dos regalos que recibió De Arrascaeta para firmar un espectacular doblete en tan sólo seis minutos.
Los hombres de Addo tuvieron en las botas de André Ayeew el 1-0, tras un penalti de Rochet sobre Kudus, y no solo vio como perdía la oportunidad, sino que en la siguiente juega se encontraba por debajo en el marcador. En esta ocasión no hizo falta que el pistolero Suárez sacase su fusil a pasear. Controló el balón dentro del área, tras un error garrafal de la defensa ghanesa, ‘pausita’ para el café y su disparo, que lo detuvo Ati-Zigi con muchas dificultades, lo acabó mandando De Arrascaeta al fondo de la red.
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El Pepazo/Marca