Leonardo Núñez Martínez
Si no las sembraban las encargaban, las compraban, pero las procuraban siempre para su ingesta diaria. Comedores de estos alimentos para el desayuno, almuerzo o la cena, ambos personajes catanejeros de mi familia, inolvidables y muy queridos rompieron récords en su predilección, Salvador Martínez por la yuca y Augusto Morales por el topoche, tío y sobrino entre sí.
De tanta yuca y topoche que comieron en su vida lucieron siempre fuertes y complacidos con los acompañamientos de queso, cuajaíta, mantequilla, carne, pescado o pollo que en sus platos les ponían por costumbre María y Célica, de manera atenta, amorosa y respectivamente.
En un domingo de parranda, chistes y ocurrencias nos dimos a la tarea de contabilizar lo que desde muchachos habrían sumado a su ingesta «Salvador con la yuca y Augusto con el topoche». La calculadora la manejaba Dieguito Martínez y nosotros, hijos, primos y sobrinos, entre risas, aportábamos a la cuenta los números de kilos y racimos por matas, sin incluir la yuca «chauta» y las «manos» de topoche que se regalaban.
La suma dió 14 hectáreas y media de yuca para Salvador y 7 camiones Ford 700 y un 350 repletos de topoche para Augusto hasta la fecha del conteo.
Siguieron comiendo yuca y topoche, no nos negaron los números y nos legaron, entre muchas cosas, su afición por un yucal y un topochal y su persistente apetito por la comida que éstos producen.
Ante tanta presión internacional que se suma en contra de las «sanciones» a Venezuela, los gringos terminarán por eliminarlas y de tanto batear jonrones y robar bases en una temporada, Ronald Acuña Jr. establece récord en las Grandes Ligas, así como otro insuperable batieron en Perijá comiendo, «Salvador con la yuca y Augusto con el topoche».
¡ORGULLOSAMENTE MONTUNO!
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El Pepazo