Manuel Paredes
Dicen algunos por ahí que la sociedad venezolana ha perdido la esperanza de un cambio, que no vale la pena luchar porque no se logra nada, que es tiempo perdido. Que nadie sirve, que el país se perdió.
Estas afirmaciones han servido para que algunos se plieguen a las voces del régimen que plantean que “nunca volverán” otros sectores a gobernar y que su mandato será eterno, por tanto hay que conformarse y quedarse tranquilos.
Otros, no llegan a tanto, pero se acomodan a este discurso y afirman que hay que cambiar las luchas, que para què salir a la calle, que la gente no tiene pasaje ni pierde el tiempo en estas cosas y están ocupadas en sobrevivir, de manera que hay que esperar que las cosas vayan cambiando por si solas y no nos agotemos en organizarnos y luchar.
Evidentemente esas voces no conocen al pueblo venezolano, ni conocen de tácticas ni de estrategias, ni del papel de la vanguardia o del liderazgo. Recordemos como los estudiantes de la generación del 28 pagaron con la
cárcel y el destierro la osadia de enfrentar a Gómez y años después conformaron la dirección política de Venezuela, fundaron partido como el Partido Comunista, AD, URD y COPEI, factores fundamentales para la
construcción de la Venezuela moderna.
En la dictadura de Perez Jimenez eran pocos los arriesgados que se atrevieron a enfrentar esta dictadura y nuevamente muchos quedaron en la lucha asesinados, otros la pagaron con cárceles y con el destierro, pero la
organización y la lucha hicieron posible la unidad y conformaron la Junta Patriotica e incorporaron a sectores militares que hicieron posible la salida de la dictadura.
En esta etapa desde el año 2000 se han desarrollado diversas luchas y actividades que han buscado rescatar la democracia y defender la Constitución. En ella como en las etapas anteriores han sucedido los mismos hechos de asesinados, caídos en la lucha, cárceles, exilio y el pueblo venezolano se ha visto obligado a emigrar por la pobreza y persecusion.
Sin embargo, en los últimos años han sido los trabajadores quienes han llevado la vanguardia de las luchas por los derechos laborales, contra la miseria y por la libertad de los presos políticos. La lucha contra el instructivo ONAPRE, un salario de acuerdo con el artículo 91, pensiones dignas son las banderas que ondean en todas las protestas y se mantienen vigentes cada dia. A ellas hay que agregarle la unidad, que no es unidad a secas, es una unidad donde se combina la lucha por los derechos laborales y los derechos democráticos, que implica la necesidad de un cambio político en el país por la via del voto pero combinándola con la lucha social de calle.
Quienes se cansen tienen derecho a hacerlo, pero no pueden constituirse en rémora de quienes levantan la bandera de la esperanza que el país va a transformarse con la participación de todos, que lograremos un país de
prosperidad, con la inclusión de todos, con el respeto de los derechos humanos, que pemitirpa el regreso de nuestros familiares en el exterior, que nuestros hijos tengan un futuro mejor,
Para ello se requiere de un programa de reconstrucción nacional que priorice la producción nacional mediante la industrialización del país, que permita la diversificación de la economía, que genere una nueva ética que permita un salario que sea correspondiente a la canasta básica y mas alla, al generarse un proceso de productividad mediante la capacitación de los trabajadores y el desarrollo de la ciencia y la tecnología, lo cual requiere de universidades publicas, gratuitas con una educación de calidad y científica, las cuales hoy a pesar de estar cercadas dan muestras de avances al lograr sus estudiantes reconocimiento internacional en sus trabajos y concursos de investigación.
Un país donde los adultos mayores gocen de una pension que les permita disfrutar de su vejez con dignidad y seguir aportando con su experiencia en la sociedad venezolana, Debemos mantener la esperanza y la lucha por una Venezuela de todos y para todos.
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