El Viaje a la Consciencia: Meditación y el Corazón de los Yoga Sutras
En nuestro próximo y último artículo, exploraremos la filosofía que se encuentra en la base del yoga, discutiendo el concepto del "yo verdadero" y cómo esta práctica milenaria nos ayuda a vivir una vida con un propósito más allá de nosotros mismos.

Psicólogo George Taborda (Yoga, segunda entrega)
Más Allá de la Respiración: El Ruido Persiste
Recordemos a Daniel de nuestro primer artículo. Había dominado las posturas (asana) y la respiración (pranayama), pero aún se sentía atrapado en la constante charla mental. Se sentaba a meditar, cerraba los ojos y, a pesar de sus intentos por enfocarse en la respiración, los pensamientos venían como olas: la lista del supermercado, una discusión con su jefe, las facturas por pagar. Su cuerpo estaba en quietud, pero su mente era un caos. Daniel, al igual que muchos de nosotros, se dio cuenta de que controlar la mente es el verdadero desafío del yoga. Lo que no sabía es que los Yoga Sutras de Patanjali tienen un mapa preciso para este viaje interior, que comienza justo
donde terminan las prácticas físicas.
En nuestro artículo anterior, exploramos los primeros cuatro peldaños del Ashtanga Yoga, que preparan el cuerpo y la mente: la ética en la vida (Yamas y Niyamas), las posturas (Asana) y el control de la respiración (Pranayama). Ahora, nos adentramos en los cuatro peldaños restantes, el corazón de la práctica, que llevan al yogui de la dispersión mental a la profunda concentración y, finalmente, a la unión.
Los Peldaños del Autoconocimiento: Control de los Sentidos y la Mente
Los siguientes cuatro pasos se centran exclusivamente en el entrenamiento de la mente. Son, en esencia, la respuesta al problema de Daniel.
5. Pratyahara (Retiro de los Sentidos): Este peldaño es el puente entre las prácticas externas e internas. Pratyahara es el proceso de retirar la atención del mundo exterior y de los estímulos sensoriales para llevarla hacia adentro. No se trata de suprimir los sentidos, sino de dominar la atención. En lugar de que el mundo exterior dicte adónde va nuestra atención, nosotros elegimos dónde dirigirla. Por ejemplo, en una meditación, Daniel ya no se dejaría arrastrar por el ruido de la calle, sino que conscientemente elegiría enfocarse en su respiración. Esta práctica es fundamental para calmar la mente y prepararla para laconcentración.
6. Dharana (Concentración): Con la atención controlada, el siguiente paso es enfocarla en un único punto. Dharana es la capacidad de mantener la mente en un solo objeto sin que se distraiga. Este objeto puede ser la respiración, una imagen, un mantra o un objeto físico. Es un acto de voluntad y disciplina mental, un entrenamiento para que el "torbellino" de la mente se convierta en una corriente tranquila. Es como una linterna que, en lugar de dispersar la luz en todas direcciones, la enfoca en un solo haz potente. Al practicar Dharana,
Daniel estaría dirigiendo toda su energía mental hacia su punto de enfoque, sin permitir que los pensamientos externos lo distraigan.
7. Dhyana (Meditación): Si Dharana es la concentración, Dhyana es el estado que se logra a través de ella. Es un flujo continuo de concentración, una meditación sin esfuerzo. En este estado, el meditador se funde con el objeto de meditación, sin ser consciente del acto de meditar en sí. La mente se vuelve un flujo ininterrumpido y sereno, sin el esfuerzo consciente que requiere la concentración. Dhyana es un estado de paz profunda y de inmersión total. Daniel ya no tendría que luchar para concentrarse; la concentración se volvería un estado natural de su mente.
8. Samadhi (Unión o Consciencia Superior): El último y más elevado peldaño es Samadhi. Es el estado de unión total, en el que el meditador, el acto de meditar y el objeto de meditación se vuelven uno. En este estado, la consciencia se expande más allá de la mente y el ego, y se experimenta una profunda conexión con el ser verdadero y con el universo. El samadhi no es un objetivo que se persigue con afán, sino la consecuencia natural de una práctica constante y dedicada. Es el resultado de la cesación de las fluctuaciones de la mente, la
realización del propósito más elevado del yoga.
La Unión del Cuerpo y la Mente
La historia de Daniel nos enseña que el yoga es un viaje de crecimiento que va de lo físico a lo mental, y de la dispersión a la concentración. Los Yoga Sutras de Patanjali nos ofrecen un mapa para este viaje interior, una guía para dominar los sentidos,
calmar la mente y, en última instancia, alcanzar la unión con nuestro verdadero ser. La verdadera flexibilidad que buscamos no es solo la del cuerpo, sino la de la mente, que aprende a fluir con gracia en lugar de romperse con la rigidez. Esta unión es el primer
paso hacia una vida con un profundo sentido de propósito y una paz que trasciende las circunstancias.
En nuestro próximo y último artículo, exploraremos la filosofía que se encuentra en la base del yoga, discutiendo el concepto del "yo verdadero" y cómo esta práctica milenaria nos ayuda a vivir una vida con un propósito más allá de nosotros mismos.
Referencias Bibliográficas
Iyengar, B. K. S. (1993). Luz sobre los Yoga Sūtras de Patañjali. Kairós.
Patanjali. (2012). The Yoga Sutras of Patanjali (S. Satchidananda, Trad.).
Integral Yoga Publications.
Taimni, I. K. (1961). The Science of Yoga. The Theosophical Publishing House.
Feuerstein, G. (2001). Yoga Tradition: History, Philosophy and Practice. Hohm
Press.
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