Sus habitantes narran muy tristes las historias vividas durante esta tragedia que sepultó el pueblo y hasta ahora ha cobrado la vida a 37 personas y desaparecido más de 50, más de 750 casas destruidas y afectadas más de 10 mil personas.
DANIEL MELLADO
Tras la catástrofe acontecida el pasado sábado 8 de octubre en el municipio Santos Michelena del estado Aragua, este lunes el equipo reporteril del diario elsiglo se desplegó en las diferentes zonas afectadas de la entidad, para conocer de primera mano cual era el panorama que se vivía para el momento.
Y es que las calles repletas de barro, casas tapiadas y una gran suma de infraestructuras destruidas, acompañadas del dolor y las lágrimas de los habitantes, fueron los factores denominadores este inicio de semana en los más de 21 sectores que fueron arrasados por la fuerza de las aguas, acompañadas de árboles, fango, piedras y escombros en esta parte de la entidad aragüeña.
Sin embargo, las ganas de seguir adelante de los afectados y las comunidades cercanas, fueron más grandes y pese al ardiente sol desde bien temprano, con palas, martillos y demás implementos en mano, comenzaron la ardua tarea en conjunto con los más de mil funcionarios extendidos en la jurisdicción, de despejar las zonas.
En este sentido, las calles Pinto Salinas, El Matadero, Lisandro Alvarado, Las Palmeras y parte de los comercios y viviendas ubicadas en la zona centro, específicamente en la popular La Hoyada, fueron las que resultaron con mayor afectaciones; allí el sudor del esfuerzo del personal de rescate, Ejército, Protección Civil, Bomberos, entre otros organismos y la comunidad, fue la bandera, todas estas acciones en pro de rescatar lo poco o mucho que les quedaba.
El mismo cuadro se evidenció en la parte baja de la conocida “Puerta de Aragua”, donde el sector Los Palmares, la Zona Industrial y las cercanías de los Bomberos, resultaron prácticamente destruidas por completo, allí trabajadores de las diferentes empresas, sin distinción del lugar de residencia, personal de seguridad y comunidad en general, también se pusieron manos a la obra en pro de salvar los lugares donde hasta el momento habían laborado y con ello habían formado parte del ingreso de sus núcleos familiares.
Este ambiente, marcado por la nostalgia y el dolor de los ciudadanos, no sólo por sus pérdidas materiales, sino por las ausencias que desde ahora deben tener en sus familias, fue un poco más llevadero por el gran apoyo que recibieron de parte de los entes competentes, vecinos y residentes de otros municipios, quienes se pusieron la mano en el corazón, sin importar los largos trechos que debían caminar bajo el sol inclemente, con el valor de la solidaridad abordaron para por medio del apoyo decirles el slogan que para el momento manejan, “Las Tejerías no está sola”.
LA TRAGEDIA SIGUE LATENTE
En la senda investigativa llevada a cabo, se pudo conocer de la mano de las víctimas de este fenómeno natural que enlutó a miles de familias, a lo largo y ancho del país y hasta del mundo, como para el momento el temor, la tristeza y el impacto de lo vivido sigue presente.
Tal es el caso de Luis Naranjo, residente de la barriada Los Cachos, quien en medio de su ardua labor de ayuda a sus semejantes, no dejó a un lado la búsqueda de un familiar, quien desde la tarde del pasado sábado se encuentra desaparecida.
“Me encuentro ayudando a mis vecinos, a todos los que puedo, porque es un deber que todos debemos tener presente, porque hay que recordar que nuestros vecinos son nuestra familia más cercana, entonces, desde que escampó el sábado ando de aquí para allá, sin dormir cooperando; pero sin dejar a un lado la búsqueda de mi sobrina Katherine, quien se encontraba en la parte baja del callejón El Matadero, cuando sucedió esta tragedia”.
Con lágrimas en su rostro, Naranjo continuó contando que en todos los años que tiene residiendo en la zona, es la primera vez que vive un hecho tan impresionante como ese, donde tantas personas se ven inmersas en un cuadro tan triste y desesperanzador.
“Fue tan rápido y sin aviso lo que pasó, sólo sé que de un momento a otro todo se está inundando y los gritos de desesperación coparon todo el barrio, no me quedó más que salir en ayuda de una vecina que logramos sacar por una parte de su vivienda, porque el agua estaba comenzando a llegar y es una señora mayor, de ahí en adelante todo fue en descenso, pensaba en mi familia, en los que podían estar en la calle y así fue hasta ahora, donde todavía uno sigue con el miedo de que pueda pasar algo nuevamente, fue muy impactante. Dicen por ahí que fue un dique por la parte alta que colinda con El Jarillo que se colapsó y eso acompañado con las lluvias nos trajo esa ola que nos dejó casi que sin nada”.
Bajando por los espacios afectados, también la señora Evelyn González comentó mientras salvaba algunos enseres de su vivienda, como Dios fue su salvador, pues una de las paredes de la empresa El Matadero cedió y las aguas inclementes le coparon toda la parte baja de su casa, llevándose consigo casi todo lo que tenía.
“Fue espantoso lo que vivimos desde las 5:30 o 6:00 de la tarde, ya no recuerdo. Estaba lloviendo mucho y de repente veo como se cae la pared de El Matadero y se viene una avalancha de agua, palos, pantano y pedazos de otras viviendas que me tumbaron las puertas y ventanas, llevando todo a su paso. No me quedó de otra que subir al segundo nivel, rezar y esperar que pasara todo; así fue, pero el momento sigue grabado en mi mente, sigue presente y en el de mi familia. Estamos sacando todo lo que entró y de momentos me desespero”, dijo González.
De acuerdo con las opiniones anteriores, con lágrimas y sentado viendo como sus familiares y vecinos rescataban lo que quedaba en su vivienda casi tapiada, José Nicolás Medina, de 63 años, contó su dolor al ver tantas personas afectadas y recordando como su fe y la de su esposa y nieta, lograron salvarlos.
“Tengo casi toda mi vida viviendo aquí en la calle Pinto Salinas del barrio Castor Nieves Ríos y primera vez que veo algo tan desgarrador, ver como tu vida se puede ir, gracias a Dios que nosotros hicimos lo posible por salvarnos y aquí estamos. Nos tuvimos que subir a una mesa y al ver que el agua iba pasando, la nevera flotó y ahí nos montamos, comenzamos a rezar y prácticamente nos entregamos a lo que nuestro señor decidiera, vimos como vecinos pasaban en medio de las aguas, fue muy feo. Todo hasta que pasó un poco el volumen y los vecinos nos llamaban para ayudarnos y como pudimos salimos. Perdimos todo, pero estamos sanos, salvos y juntos”.
Por otra parte, Luis Villanueva, quien vive en La Hoya, explicó que pese a que no estaba para el momento en su casa, cuando llegó y se encontró sin nada, fue una marca demasiado grande, pues se encontraban con vida en ese momento, acción que quizás no hubiese pasado si fueses estado ahí.
“Yo no estaba cuando pasó todo esto, pero al momento de bajar por el pantano y ver que el agua se había llevado casi todo y cuando digo todo, digo hasta el mercadito que estaba en frente, fue una sensación de tristeza, pero a la vez de agradecimiento porque Dios no dejó que estuviese allí, porque otro sería el panorama. Me encuentro limpiando, sacando barro, no tengo puertas, las ventanas se despegaron, pero estoy vivo y mi familia está bien, lo material se recupera, pero la vida no”.
Aunado a esto, aseveró que piensa que esta situación pudo ser mejor canalizada, haciendo trabajos y analizando mejor, los cauces de río y las posibles afectaciones que podría traer alguna inundación.
“Esto era algo que se veía venir, porque hace algunos días creció la quebrada de Los Patos y creo que no se hicieron los trabajos completos y por eso pudo pasar esto. También se dice que la ruptura de un dique nos afectó y estoy por creer eso, porque fue una avalancha muy grande que fue ayudada por las lluvias. Entonces, pienso que ahora que ya pasó, las autoridades deben estar pendiente de limpiar los caños, los ríos, de ver que no hayan viviendas en sus cercanías y así prevenirle a las personas una tragedia como la que aquí estamos viviendo”.
MÁS APOYO PARA LAS TEJERÍAS
Tras lo acontecido este sábado y en vista de la gran magnitud de afectación, fueron muchos los ciudadanos, tanto del municipio Santos Michelena, como de toda Venezuela, que pusieron en evidencia la empatía y la solidaridad, dirigiéndose a las zonas afectadas a brindar una mano amiga a los vecinos.
En el eje Este la movilización comenzó desde la mañana del domingo, cuando ciudadanos, empresas, instituciones educativas, emprendedores y comerciantes comenzaron una campaña de solidaridad, colmando los sectores de sus municipios con centros de acopio, que hasta la edición de esta nota siguen llegando en conjunto con las ayudas de las autoridades.
Desayunos, almuerzos y cenas preparadas, alimentos no perecederos, agua potable, colchones, ropa y calzado en buen estado, sábanas, pañales y muchos más artículos, fueron los que se vieron llegando a esta parte del Este aragüeño, donde los ciudadanos a pie o en carro abordaron las zonas afectadas, llevando estos beneficios para la ayuda de los hermanos de Las Tejerías.
Asimismo, en las zonas afectadas vecinos se congregaron y con los implementos y alimentos que tenían en casa y donaciones, comenzaron a preparar comidas que repartieron a todos lo que por allí estaban.
“Comenzamos por donaciones de los mismos vecinos de la comunidad, hasta uno que tiene una frutería nos ayudó, de ahí en adelante las sopas que hacemos se han multiplicado, Dios es tan bueno, porque hasta hoy ya llevamos un aproximado de 400 sopas repartidas. Es una acción que nos salió del corazón, para ayudarnos, para cooperarnos, porque somos una familia que está unida, pese a cualquier vicisitud”, expresó la señora Migdayana Ramos, residente de Castor Nieves Ríos.
Esta ocasión fue precisa para que Ramos en compañía de las damas de la zona, invitaran a los ciudadanos a seguir aportando con lo que puedan, para seguir ayudando a sus hermanos de Las Tejerías. “Ayúdennos, si no es a nosotros para hacer la comida, a los afectados que tanto lo necesitan”.
En resumidas cuentas, al pasar por los sectores también como la acción comenzada por Migdayana, también fue tomada en cuenta por muchos más, quienes en las partes de afuera de sus viviendas tenían ollas de sopa para repartir.
LAS BATAS BLANCAS
Miles de funcionarios del sector salud de todas partes de Aragua, también se sumaron en aras de brindar atención al pueblo de Las Tejerías, caminatas, sol, hundimientos en el lodo, no fueron obstáculos para los miles de médicos y enfermeras que se desplegaron en los sitios afectados, colocando vacunas, realizando chequeos y dando la tranquilidad en materia de salud a todo aquel que se les acercaba.
Siendo así, que no sólo los que viajaron estuvieron presentes, puesto que especialistas en distintos municipios, entre ellos Ribas, iniciaron una jornada de atención a los afectados de Las Tejerías, todo esto en sus consultorios y sin ningún tipo de costo.
El Pepazo/El Siglo