Al cadáver se le realizó una tanatopraxia el día previo al velorio en una sala climatizada del Hospital Albert Einstein para asegurar una mejor apariencia del mismo
Brasil está preparado para darle un último adiós a Pelé. Desde las 10 de la mañana del lunes, los fanáticos tendrán 24 horas para acercarse al estadio Vila Belmiro y despedir al ídolo popular. Una de las decisiones que se tomó para la histórica procesión que recibirá a miles de fanáticos fue que el funeral sea a cajón abierto para mantener esa conexión que O Réi mantuvo con todos los fanáticos del fútbol a lo largo de su carrera profesional y también cuando decidió colgar los botines.
Para poder preservar de la mejor manera posible el cuerpo de Edson Arantes do Nascimento, el mismo se embalsamó un día antes y el velatorio se realizará en un ataúd con una urna abierta en la casa del Santos. Según indicó el diario Lance, el procedimiento realizado es denominado tanatopraxia, que prepara el cadáver antes del entierro con el fin de asegurar una mejor apariencia a lo largo del velorio. La preparación se llevó a cabo en una sala climatizada del Hospital Albert Einstein, mismo lugar donde el campeón de tres Copas del Mundo falleció a sus 82 años de edad.
Dicho lugar es un reconocido cementerio que tiene un detalle particular: está construido en vertical y desde 1991 es parte de los Récord Guinness por ser el más alto del mundo. Según informaron distintos medios brasileños, hace dos décadas Pelé eligió este lugar e incluso allí descansan los restos de su hermano.
“Elegí este lugar por su organización, limpieza y estructura. Es un lugar que transmite paz espiritual y tranquilidad, donde la persona no se deprime, ni siquiera parece un cementerio”, había declarado tiempo atrás al diario A Tribuna. En julio del 2003, cuando tenía 62 años, compró un lote en el noveno piso de ese lugar, en honor al número nueve que vestía el padre en su época de futbolista. El sitio, además, tiene otra particularidad: la vista da al Estadio Urbano Caldeira de Vila Belmiro.
Sobre el césped del terreno de juego se montó una estructura para permitir que el público pueda despedir a Pelé con la obligación de que nadie puede frenar su marcha y así ralentizar la fila. Hombres, mujeres, niños y abuelos comenzaron a caminar por el pasillo con los colores blanco y negro característicos del Santos o con la clásica Verdeamarelha del seleccionado nacional. Además, se pudo visualizar una gran cantidad de celulares en la mano de los fanáticos para grabar el inolvidable momento.
El Pepazo/Infobae