Leonardo Núñez Martínez
No me refiero al célebre vals zuliano compuesto por Heraclio Fernández hace más de 140 años, interpretado mil veces por el conjunto catanejero integrado por Olegario, Andrés, Honorato, Eli Saúl, “Pichón”, Leopoldo y otros. Hablo de una advertencia que nuestras viejas nos hacían cuando los muchachos perijaneros nos disponíamos a “coger pà los jagüeyes”, a “palomear” o simplemente a “coger el pendil”, advertencia que al decir de mi primo Balmiro nos ponía los ojos como “del tamaño de un fuerte”: ¡No se vayan muy lejos porque “porahi” anda «el diablo suelto»!, nos advertían.
Comenzábamos a imaginarnos por dónde andaría?, detrás de qué mata de “cabima” estaría escondido?. “Dígame si anda envuelto en llamas?”, decía Yovanito con temor. “Ese sale de noche”, nos aclaraba Ladimiro que era el más grande de todos.
Yo me preguntaba, por cuál camino andará?, por el de Quitasol?, por el de Pozo Ignacio?, debe andar más allá del «3 de oro“, buscando el «Campo è La Cochina», suponía. Si viene de La Villa, acabó yá con San Ignacio, Villa Vieja y Sartenejo. Eso mismo hicieron los esbirros de Venancio Pulgar quienes no dejaron en pié un rancho de “limatón” que no quemaran.
Pero, cómo se enteraron nuestras madres que “porahi” andaba “el diablo suelto”?, quién lo soltó? y por qué “la iba a coger” con nosotros que no nos metíamos con nadie, que lo que hacíamos era jugar pelota, armar volantines, jugar “bojotero” y “libertad”, construir “materitas”, hacer las “tareas” y disfrutar de nuestra inocencia?.
Lo cierto era que, prevenirnos acerca de la posibilidad de encontrarnos con el más conspicuo representante del mal, nos echó para atrás muchas veces en nuestras infantiles andanzas callejeras y montunas y nadie de nosotros estaba interesado en ese eventual y desigual encuentro con Satanás.
El actual presidente de los Estados Unidos es un «diablo» que anduvo en su «paila» durante años esperando que su antecesor siguiera «suelto», sin ataduras, “desaforado”, sin controles que obedecer.
Aprendió de aquél que había que ser «policía del mundo», desentenderse del Derecho Internacional y del espíritu y propósito de sus instituciones; renunciando a los acuerdos sobre armas estratégicas y nucleares; desconociendo tratados, convenciones y llamados a la paz y el diálogo que les formulan a los gringos universalmente; violando la inmunidad diplomática y persiguiendo a quienes se protegen con el Convenio de Viena que asegura su desenvolvimiento sin detenciones ni secuestros. Hoy la locura es evidente cuando rechaza la opinión de la propia sociedad norteamericana, de muchos de sus líderes sociales, parlamentarios, empresarios e intelectuales y prohibiendo el despliegue de todo tipo de ayuda occidental a Siria, destrozada por recientes terremotos.
Así como a Donal Trump, a Joe Biden nadie lo soltó. Ellos mismos se metieron en la cabeza la idea de salir del infierno de su egoísmo para aparecérsenos, causar muerte y desolación y regresar al averno con un prontuario delictivo pero con el botín de nuestras riquezas.
Mantengamos la responsabilidad de enfrentarlo con dignidad y no sucumbir ante este actual Satanás, quien desde que es presidente anda como andaba el otro, es decir, como “el diablo suelto”.
¡ORGULLOSAMENTE MONTUNO!
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El Pepazo