Nueva demostración de que el esloveno tiene una inteligencia en pista fuera de lo normal
Hace apenas un par de días, ante los Knicks Luka Doncic fallaba un tiro libre que terminaba con una de las jugadas de la temporada en la NBA: rebote del esloveno que logra empatar el choque. En otra exhibición anotadora, con 51 puntos ante los Spurs, el jugador de los Mavs volvió a demostrar que el baloncesto es para los más listos y en cuanto a inteligencia, pocos le igualan en el baloncesto actual.
Restaban 1.5 segundos para el final y los Mavs ganaban por uno, 125-126 en San Antonio. Al final, ese iba a ser el resultado final, pero en gran parte, porque Luka lo quiso así. El esloveno fue objeto de personal y falló el primer tiro libre. Ante el riesgo de un posible rebote rival y un último tiro que pusiera en riesgo la victoria de Dallas, Doncic, que ha completado un mes de diciembre descomunal, fallaba a propósito, recogía su propio rebote y sellaba el triunfo de su equipo.
Jason Kidd hablaba de la jugada al final del partido: «Luka ha estado increíble, incluso al final, fallando el último tiro libre que nos ha permitido asegurar la victoria al final y evitar que ellos pudieran preparar una jugada».
El fallo final de Doncic, su tiro al aro (si no pega en el aro, el tiro no vale), demuestra que estamos ante un jugador que cuida hasta el último detalle de cada partido y que, como dijo Gregg Popovich al término del choque: «Tiene una inteligencia en la pista que está fuera de lo normal en la NBA». Luka Doncic gana partidos hasta fallando los tiros…
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